Los carniceros han aportado soluciones, aunque de momento, según Angel Ara, sean "transitorias". Una de ellas es "sacrificar en Huesca". La idea estriba en "reunir el mayor número de reses posibles para bajarlas a Huesca a la vez, sacrificarlas y subirlas". El método encarecerá algo el transporte, pero desde el colectivo se asegura que su reto estará en "mantener la calidad" de la carne que se ha estado comercializando hasta ahora. "Queremos ofrecer el producto autóctono que tanto prestigio tiene entre nuestros visitantes".