La Asociación de Padres de Alumnos (AMPA) del colegio Sáinz de Varanda mostró ayer su "malestar" e "indignación" ante la decisión de la dirección provincial de Educación de no abrir, definitivamente, una tercera vía en el centro. Las familias de los alumnos ya escolarizados en el colegio mostraron su solidaridad con los que se han quedado sin plaza y aseguraron contar con el respaldo de la dirección del centro, que habría trasladado a la Administración que contaba con el espacio y con el profesor adscrito a esa aula, con plaza. "El servicio de inspección se comprometió a abrir la tercera vía en 1° de infantil si había demanda suficiente", insistieron desde el AMPA.

Sin embargo, Educación ya ha dicho que no habrá vuelta atrás y que su decisión de no habilitar otro aula responde a la existencia de otros colegios en la zona. "Queremos expresar nuestro malestar y desconcierto por una decisión tan injusta como injustificada", indicó Manuel González, presidente del AMPA del Ramón Sáinz de Varanda.

La decisión de la dirección provincial de dejar sin plaza a 14 niños más otros 3, con inscripciones fuera de plazo, obliga a las familias afectadas a escolarizar a sus hijos en otro centro "siendo que en este barrio consolidado no se dispone de suficientes plazas escolares en centros públicos para asumir esta diferencia entre laoferta y la demanda", añadieron desde el AMPA, que rechazaron el "hipotético ahorro" que motivaría la medida. "Sería a costa de las familias, obligándolas a sufragar desplazamientos y comedores, con su correspondiente gasto en tiempo, dinero y coste medioambiental, hecho que además choca de frente con la política de reducción presupuestaria de la partida dedicada a becas de comedor llevada a cabo por el Gobierno de Aragón".

González recordó, además, que el centro cuenta con un programa bilingüe "que no precisaría de un gasto extra" sino que "de esa inversión ya hecha, se verían beneficiadas más familias" y añadió que los excluidos tampoco podrán beneficiarse de otro programa, el de Caminos Escolares gestionado por el Ayuntamiento de Zaragoza que promueve la autonomía infantil, la creación de entornos seguros en las calles y que los niños se desplacen andando o en bicicleta "como promoción de su salud y de la del medioambiente".

Para el AMPA, esta decisión va "totalmente en contra de los objetivos de este programa y lo que es más importante, de los valores que, como padres, queremos que vivan nuestros hijos".