Sus críticos siempre han dicho que le falta instinto asesino, y no parecía ése hasta hoy, en efecto, el rasgo capital del siempre tranquilo, imperturbable y pacífico Mariano Rajoy.

Lo vemos en la televisión, en el escaño, en el mitin siempre morigerado, con un aburguesado punto de señorito de provincia, incluso un tanto pusilánime a veces. Pero ahora va a resultar que Rajoy no sólo no tenía mandíbula de cristal sino que es un auténtico killer.

Un líder sin piedad que acaba de cargarse, sin ir más lejos, una operación que Dolores de Cospedal venía urdiendo para apartar a la gente de Javier Arenas del PP--andaluz. En lugar de José Manuel Sanz, el chico de Cospedal para sustituir a Zoido, Rajoy ha señalado a Juan Manuel Moreno, cachorro de Arenas. Digo señalado porque lo ha nombrado a dedo. Tal como se hacían las cosas antiguamente, con motorista y papela, por el artículo treinta y tres. Nada de primarias, nada de pactos... Una llamadita in extremis. "Juan Manuel, quiero que seas tú...".

También podría haber señalado: "Luisa Fernanda, quiero que seas ministra", pero tal llamada no se ha producido. Rudi ha perdido opciones en Madrid, y si a eso sumamos que Belloch anda a la greña con Rubalcaba, que en el PP no hay sucesor, que el PAR está ninguneado y Lambán todavía crudo para el cocido madrileño, el resultado es que Aragón pinta en Madrid menos que Pichorras en Pastriz.

Pero les decía que Rajoy, lejos de mosca muerta, se está revelando como el hombre, el killer que los (y las) mata callando.

Poco a poco va consiguiendo arrinconar a Aznar (en lo cual le alabo el gusto), y, de paso, a una de sus más duras rivales, Esperanza Aguirre, un tanto desdibujada y preterida, y seguramente traicionada por González, el presidente por accidente de la Comunidad madrileña y uno de esos políticos que nadie fuera de la pomada se explica cómo ha llegado allí.

Cristina de la Hoz, en un reportaje publicado en Tiempo, alarga la lista de nombres que Rajoy, a la chita callando, con sus olvidos y silencios, ha ido o va apeando: Mayor Oreja, Pizarro (aunque suena como alcaldable para Madrid), Arístegui, Zaplana, Rato, Acebes, Juan Costa, Cayetana Álvarez de Toledo, y así hasta unas cuantas decenas de compañeros y altos cargos. Sorpresas te da la vida política...