Cada año cientos de periodistas mueren en el mundo. Es el macabro precio a la información on line sobre sucesos y conflictos bélicos y a la investigación de la corrupción en todos sus aspectos.

Uno de los países donde los riesgos del informador son mayores es Rusia.

Y una de las periodistas rusas más reconocidas por su talento y valor fue Anna Politkóvskaya. Durante muchos años, cubrió los principales acontecimientos de la Rusia de Putin. Fue espiada, acosada, detenida, torturada, envenenada y, finalmente, tiroteada en su apartamento de Moscú, donde fallecería en 2006, sin que desde entonces se haya castigado al autor, o autores, de su muerte.

Ahora, un autor norteamericano, Martin Cruz Smith, se ha inspirado en su figura para escribir un relato de ficción (Tatiana, Ediciones B), pero con demasiadas similitudes con la realidad como para quedarse simplemente en una fantasía argumental.

Cruz Smith, veterano en el arte de contar historias, se hizo popular en los noventa gracias a su serie policíaca protagonizada por el detective ruso Arkady Renko.

Quien aquí, en Tatiana, regresa a la acción para rastrear la pista de una periodista sospechosamente desaparecida, en cuyo material de trabajo, grabaciones, apuntes, pueden esconderse claves que impliquen a altos personajes del régimen,

Tirando de ese hilo, Renko se acoplará a la familia de un oligarca cuyo tren de vida va mucho más allá del concepto occidental del lujo, para hermanarse con los conceptos de la corte o el harén de un sultán. A los occidentales se nos olvida a menudo que los rusos son orientales, y como tales aspiran a un estilo de acumular riquezas y poderes que sigue teniendo mucho más que ver con las Mil y Una Noches que con la estética de Wall Street.

Una novela, con ese punto de testimonio y homenaje a que me refería al principio, escrita con el característico estilo de Cruz Smith, que siempre me ha recordado un poco al de James Patterson: económico en sus medios, taquigráfico, casi, pero terriblemente eficaz. Patterson me decía que la clave de los relatos de intriga reside en su sencillez formal, y no creo que le falte razón. Será un tema a tratar con Cruz Smith cuando tenga ocasión de conocerle y preguntarle también por Tatiana. O por Anna Politkòvskaya.