Ahora que se habla y se escribe tan rematadamente mal, el nuevo libro del escritor zaragozano Julio Cristellys (Marejada, publicado por la heroica editorial Huerga&Fierro) nos devuelve el gusto por la buena literatura,

Una manera de escribir, la de este abogado y gentleman, que destaca nada más abrir sus páginas por su vocación artística y su musicalidad.

Un mundo raro, misterioso, como un pétalo atrapado en un libro se nos ofrece en forma de novela engarzada en relatos o episodios.

Hay que leer a Cristellys para pensar al mismo tiempo en Marcel Proust y en Stefan Zweig, en Thomas Mann y en Arthur Schnitzler. A la vez en todos ellos y en algunos de sus personajes, en viscontinianos lagos, en sthendalianos amores y traiciones rusas que parecen proceder de los magmas iniciáticos de la novela, cuando todavía existían seres mortalmente heridos por el amor a la belleza y al arte cruzándose sobre la realidad de la vida doméstica.

Hay que leer a Cristellys para comprobar que todavía existen, han sobrevivido narradores ajenos a la moda, al mercado, a la coyuntura o tendencia de turno, a aquel corpus teórico o práctico que tal o cual editor o crítico señale como política y literariamente correctos.

Autores que siguen conversando con los nombres fundacionales de la novela clásica y conservando una manera manual de escribir sin manual, inspirándose meramente en su imaginación, en otros libros, en aquellos rizos de la vida cotidiana que parecen esconder un bucle literario.

Decía en broma Cristellys en una entrevista que le fatigaban términos como emprendedores, al que podríamos añadir sostenible o maridaje o cualquier otra expresión que se utilice hasta la náusea. Ciertamente comparto ese hastío, la conversión de las palabras en remaches de la fragua mediática.

Lo cual no significa en absoluto un alejamiento siquiera estético de la realidad cotidiana porque Cristellys, además de escribir cada vez más y mejor, viene presidiendo Hélice, la nueva Asociación desde la que muchos de los mejores autores aragoneses, novelistas. poetas, pintores, editores, lanzan ideas y activan programas destinados a renovar el panorama literario y artístico de la Comunidad de Aragón, y de su área de influencia.