Un mes ha pasado prácticamente ya desde las últimas elecciones europeas y son muy pocas las noticias que nos llegan de los recién elegidos europarlamentarios españoles.

De las dos eurodiputadas aragonesas, una del PSOE, otra del PP, nada sabemos, pero tampoco hay que exigirles así tan de pronto y a matacaballo el cien por cien de actividad; van a necesitar un tiempo de adaptación, instalación y conocimiento del medio. Bruselas no es llegar y besar el santo. Tal vez nuestras representantes incluso hayan fichado en alguna sesión de trabajo, pero resulta prematuro exigirles grandes gestiones y proyectos, nuevos planes para Teruel, para la intercomunicación del Pirineo, para nuestras conexiones con París, nuestra agricultura y nuestra industria, remedios contra la despoblación, gestiones para atraer empresas extranjeras al valle del Ebro y a nuestros polígonos industriales. Tareas, la mayoría de ellas, pendientes de su anterior legislatura, de la que tampoco tuvimos apenas noticias... En cualquier caso, disponen de otros cinco años por delante, sin nadie a quien rendir cuentas, con lo cual...

El que, desde luego, no pierde el tiempo es Pablo Iglesias, líder de Podemos y asimismo europarlamentario. Mucho me temo que en tres meses, este joven político les vaya a sacar los colores a sus adocenados, perezosos e incompetentes compañeros de cámara.

Nada más llegar, Iglesias se ha puesto en contacto con el líder de la nueva izquierda helénica, Alexis Tsipras, alma madre y padre de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza), para organizar un frente común y ofrecer alternativas a nivel continental. De ese encuentro, celebrado en la emblemática Universidad Agrícola de Atenas, puede salir hasta una nueva Internacional, teniendo en cuenta que Syriza ha ganado las europeas en Grecia y que una proyección de estos comicios a unas elecciones generales otorgaría a Podemos 60 diputados en el Congreso de los Diputados.

Dos personalidades jóvenes, Tsipras e Iglesias, que pueden dinamitar la izquierda para regenerarla y unirla o para compartimentarla definitivamente, ya se verá. El resto de partidos de izquierda, PSOE, Pasok, IU, contemplan el fenómeno con una suerte de paralizante hipnosis, sin acertar a entenderlo.

Pero más vale que lo asuman, antes de que los resten a ellos.