En la actual tendencia de la literatura retro que invade los mercados literarios encaja realmente como un guante la novela de Jess Walker Benditas ruinas, recientemente publicada por el sello Ediciones B con una excelente traducción de Paula Vicens.

Se trata de una historia de amor que se retroalimenta a su vez de una de las más grandes historias románticas de todos los tiempos, la que vivieron en el Egipto de hace dos mil años Marco Antonio y Cleopatra.

Y que asimismo bebe en la fuente de su versión cinematográfica hollywoodiense, rodada bajo la batuta del director Mankiewicz. Estamos hablando, si recuerdan, de la que se considera la superproducción más cara de la historia, con Elisabeth Taylor y Richard Burton en los papeles principales.

La novela de Jess Walker (ganador, entre otros galardones, del prestigioso Edgar Allan Poe) tira del testimonio de una de las actrices que participaron en el film para resituarnos en los gloriosos años del cine histórico y de acción, finales de los cincuenta, principios de los sesenta.

La época dorada de Hollywood, en definitiva, cuando muchos de sus grandes proyectos, buscando el abaratamiento de costes, se rodaban en España o en Italia, en Alejandría o en Trípoli, en Nápoles o en Beirut. Cuando actores como Gregory Peck o Charlton Heston cruzaban el charco para rodar títulos como Moby Dick o El Cid.

Una novela, Benditas ruinas, que se nutre en su materia prima de un sustrato mítico, pero que, al cabo de sus páginas, nos habla de seres humanos. De los testigos de aquel esplendor y de los supervivientes de aquellas experiencias y rodajes. De hombres y mujeres a la proustiana búsqueda de una felicidad que tuvieron entre las manos, pero que se les acabó escurriendo entre los dedos como la arena del desierto entre las ávidas manos del enamorado Marco Antonio.

Ambientada en Italia, en el verano de 1962, la trama combina los fuertes trazos del neorrealismo italiano con el technicolor de las películas de Hollywood, saltando del memorialismo al melodrama, de la historia a la psicología de caracteres, de la realidad a la ficción.

Una clara e intensa lectura para disfrutar con el aire extrañamente actual de los sesenta, a ser posible a orillas del Mediterráneo.