Las balanzas fiscales son un documento con el que se reflejan las interrelaciones financieras entre el Estado y entidades administrativas inferiores, en este caso, las autonomías. La clave es el método de calcularlas, que determina uno u otro resultado.

¿Por qué Madrid es la comunidad que tiene más déficit?

Se debe a la forma de calcular la balanza fiscal. En la metodología de flujo monetario, que es la que defiende la Generalitat, el gasto estatal en el Museo del Prado se imputa en su totalidad en Madrid. En el sistema de carga-beneficio, usado por los expertos de Hacienda, también se estima su impacto en el resto de ciudadanos de otras comunidades. Eso obliga a elegir criterios de este reparto. En el caso del Museo del Prado, el 75% del gasto se imputa a la Comunidad de Madrid, y el 25% restante se distribuye según el peso de las comunidades en PIB y población. Al concentrar Madrid las instituciones, el saldo negativo es elevado. Y lo es más o menos en función de los criterios o porcentajes que se aplican al imputar los gastos.

¿Es lo mismo el saldo fiscal que la financiación?

No son lo mismo las interrelaciones financieras entre el Estado y las autonomías ±balanzas fiscales, que arrojan un saldo positivo o negativo± que la fórmula mediante la que los territorios se financian. De todas formas pueden revelar la mala o buena financiación de los mismos. Como afirma Ángel de la Fuente, aunque sean un componente de los mismos, «no se debe mezclar saldo fiscal y financiación». En todo caso, el saldo fiscal resultante ya lo empezaron a utilizar ayer las comunidades para reclamar mejoras de la financiación. Las que padecen déficit fiscal (reciben menos de lo que aportan) porque entienden que están infrafinanciadas y el resto defienden la «solidaridad». El problema es el principio de ordinalidad, que se incumple. Por ejemplo, Cataluña es la tercera comunidad que más aporta al sistema, pero tras el reparto, baja hasta el décimo puesto y varias de las receptoras netas se quedan por encima, lo que distorsiona el resultado.

¿Qué sistema de cálculo se utiliza en otros países?

Bélgica, Canadá, Australia o EEUU utilizan el flujo monetario (poner en relación lo que se recauda en un territorio con lo que el Estado invierte en el mismo). Y lo hacen instituciones públicas e independientes, según un trabajo realizado por el Institut d¨Economia de Barcelona (IEB). En opinión de profesora Marta Espasa y la catedrática Núria Bosch, ambas investigadoras del IEB, este método, aunque el otro también está aceptado, es más objetivo. «Evita tener que plantear múltiples y discutidas hipótesis sobre quién soporta la carga impositiva y quién es el beneficiario del gasto, como sí que requiere el método carga-beneficio ». El profesor de la Universidad de Montreal, François Vaillancourt, explica en el estudio del IEB que un sistema adecuado de flujos fiscales arrojará «equidad horizontal con las regiones en circunstancias similares (renta, infraestructruras, etc) tratadas del mismo modo; y equidad vertical, con regiones ricas que contribuyan más o reciban menos que las más pobres».