Antonio Langarita, condenado a tres años de prisión por una decena de estafas en negocios de hostelería y por una patente de cafeteras que se derretían con el calor, acaba de salir de prisión. Este hombre se encontraba en el centro penitenciario de Zuera de forma provisional, lugar al que le envió la Audiencia Provincial de Zaragoza ante el riesgo de fuga que había, después de suspender un juicio por recusar a su abogado por falta de confianza.

Langarita, que pagó 6.000 euros para salir en libertad, está pendiente de volver a juicio, en donde será defendido por la abogada Carmen Sánchez Herrero. También tiene pendiente su petición de indulto.

Cinco clientes de la que iba a ser otra franquicia de bares acusan tanto a él como su hija de embaucarles para pagar los gastos de gestión, si bien no vieron ni los locales ni el dinero. Solicitan cuatro años de prisión y que les devuelva lo pagado.