El terrorista David Pla, uno de los últimos jefes de ETA y al que los investigadores han vinculado siempre con la preparación del atentado contra el que fuera presidente del PP-Aragón Manuel Giménez Abad salió ayer de la prisión francesa de Osny, tras cumplir la condena de cinco años de cárcel que le impuso el Tribunal Correccional de París. A la espera de que se resuelva una euroorden de 2011 activada por España, Plá permanecerá bajo control judicial, según informaron a Europa Press desde la asociación de familiares de presos vascos, Etxerat.

Nacido en Pamplona en 1975, fue un destacado dirigente de Jarrai y de KAS en los años noventa y candidato de HB en elecciones locales. Integró el Comando de Las Fuentes y fue detenido en la capital aragonesa junto a Aitor Lorente el 26 de julio del 2000. Ambos abandonaron la prisión tras cumplir una condena de seis años por los delitos de pertenencia a banda armada y uso de documentación falsa. Previamente, el fiscal Ignacio Gordillo, para evitar su excarcelación, trató de imputarlos por el asesinato del senador del PP Manuel Giménez Abad, pero el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz negó esa posibilidad.

El magistrado consideró que no había indicios suficientes para imputar por estos hechos a los cuatro etarras del comando que residió en el barrio de Las Fuentes un año antes y que realizó trabajos de información para la banda: Aitor Lorente, David Pla, Ainara Esterán y Nerea Garaizar.

NEGOCIACIÓN / Iratxe Sorzabal y David Plá fueron, junto a José Antonio Urrutikoetxea, Josu Ternera, los tres representantes de ETA que se desplazaron en el 2012 a Noruega a la espera de que el Gobierno español enviara una delegación para abrir un proceso de negociación. En febrero del 2013 fueron expulsados del país nórdico al negarse el Gobierno de Mariano Rajoy a negociar.

Tras su detención en el 2015, el pasado febrero, el Tribunal Correccional de París consideró a Sorzábal y Plá culpables de todos los delitos que se le imputaban, doce para ella, seis para él, entre ellos el de terrorismo, pero les impuso penas más bajas que las que reclamó la Fiscalía (nueve años para ella, con un cumplimiento obligado de dos tercios de su pena, y seis para él, en las mismas condiciones). La Sala tuvo en cuenta la disolución de ETA, oficializada el 4 de mayo de 2019.

INSTRUCCIÓN / El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, señaló hace unas semanas que varios testigos han reconocido a Mikel Carrera, alias Ata, como el autor del asesinato de Manuel Giménez Abad, espresidente del PP aragonés abatido a tiros por un miembro de ETA en mayo del 2001.

También lo hizo Borja Giménez Larraz, hijo del político asesinado. Este joven, que entonces tenía 16 años, iba con su padre a La Romareda a ver un partido de fútbol del Real Zaragoza cuando fue asesinado.

Tras la reapertura de la causa por parte de la Audiencia Nacional, Giménez Larraz participó en una rueda de reconocimiento practicada en Francia, donde el reo cumple cadena perpetua por sus crímenes. El hijo, que ya había reconocido al etarra en fotografías -lo que ayudó a reabrir el causa-, reiteró ayer la identificación, basada en la mirada y la mandíbula, según fuentes jurídicas. Aunque también admitió que le había visto en fotografías de prensa recientes, lo que hipotéticamente podría condicionar la validez del reconocimiento, pero no anularía la causa, pendiente de otras diligencias, según las mismas fuentes. Por su parte, el etarra rechazó declarar en la comparecencia de ayer, aunque sí manifestó que no tuvo ninguna relación con el crimen.

En febrero del 2017, la Audiencia Nacional ordenó al juez Pedraz la reapertura de la causa por el asesinato, para interrogar al terrorista. El de Giménez Abad es uno de los dos crímenes sin resolver de la banda terrorista ETA relacionados con Aragón.