El colegio Salesianos de Zaragoza celebró ayer la gala de la XXX edición del Premio Nacional Don Bosco, a través del cual se premia la creatividad, la investigación y la innovación entre los jóvenes de Bachillerato y Formación Profesional. El acto de entrega de galardones contó además con un coloquio en el que intervinieron Antonio Cobo, presidente de GM, José Longás, director general de BSH y Alejandro Ramón Balet, presidente de SAICA.

En esta edición del premio participaron 42 proyectos provenientes de 31 centros de nueve comunidades autónomas. Este año destacó la creación del Premio Mario Rubio, un galardón en homenaje al salesiano fallecido hace poco más de un año, que fue el creador y promotor de este certamen. Este reconocimiento fue concedido este año a José Longás, director de BSH.

En el área de comunicaciones, el primer premio, dotado con 2.000 euros, recayó en Daniel Téllez y Manuel López, del colegio Salesiano San Ignacio de Cádiz, con su proyecto FoodTags para automatizar las comandas en el sector hostelero. La segunda mención, con 1.000 euros, fue para los vascos Juan Amaya y Julen Maeso con KupeLike8. En la categoría industrial, el primer galardón se lo llevó el proyecto de Yessenia Ibargüen y Bruno Fernández, de la Academia logísticas del Ejército Barón de Warsage de Calatayud, con su sistema de control de posición de una esfera sobre una plataforma móvil. Mientras que en segunda posición quedó Pan&Tilt, del catalán Marc Corretgé. Por su parte, en el área de ciencias, el primer clasificado fue Álvaro Martínez, de Salesianos del Pilar, con su proyecto de automatización de una granja experimental de cebado de cerdos. Y el segundo galardón fue para el zaragozano Guillermo Carroquino de Pra.

Por último, el premio especial para proyectos de defensa fue para Jesús Suriol y Daniel Llopart y su dron de detección de minas.