Los docentes de los colegios y del instituto de Fuentes de Ebro y los médicos que atienden los ambulatorios llegaron tarde el pasado martes a sus puestos de trabajo al encontrase con la sorpresa de no poder utilizar la carretera de siempre, cortada a causa del deslizamiento del terreno.

Los estudiantes que acuden diariamente al instituto de Fuentes tambien fueron de los primeros en padecer las consecuencias del corte de la vía. "Ahora tenemos que acudir por una ruta que aumenta en 60 kilómetros la distancia que recorríamos antes, por lo que tenemos que salir casi una hora antes" explicó un alumno. El pasado martes llegaron tarde a sus clases, y ahora tendrán que adelantar entre tres cuartos y una hora la salida.

Una vecina de Sástago, madre de un alumno, explicó que "el nuevo itinerario discurre por carreteras muy malas y desemboca en la N-II que está imposible de camiones". Otros damnificados han sido las empresas afincadas en estos municipios que transportan a diario numerosos camiones y algunos con mercancías peligrosas. Por ejemplo, industrias como Foret en La Zaida tienen que desviarse hacía Escatrón por una carretera estrecha y repleta de curvas, cuyo arreglo fue solicitado hace años, o bien tienen que atravesar el casco urbano de Gelsa.

Sástago, Cinco Olivas, La Zaida, Alborge, Alforque, Velilla y Gelsa son las localidades más perjudicadas por el corte de la carretera que es su vía directa de comunicación con Zaragoza y con el resto de municipios de la Ribera Baja. En resumen, la crisis ha puesto de manifiesto la precariedad de las comunicaciones en la zona.