La saturación del servicio de Urgencias del Miguel Servet obligó ayer al Salud a abrir más camas en el hospital Infantil y en Traumatología. El aumento de la demanda de atención médica por el repunte de los casos de gripe y resfriados, unido a las vacaciones del personal de atención primaria, que llevan aparejada una disminución de la capacidad de los centros de salud para otorgar citas para el mismo día, volvió a sobrecargar ayer las urgencias hospitalarias.

El comienzo de la jornada fue el momento de mayor acumulación de pacientes a la espera de ser atendidos en el principal hospital de la comunidad autónoma. "A primera hora de la mañana, el servicio de Urgencias estaba desbordadísimo", aseguró Ana Bonafonte, delegada en Aragón del sindicato de enfermería SATSE.

Según denuncian desde este sindicato, a primera hora de la mañana del viernes se acumulaban 23 y 25 pacientes en cada una de las dos salas de observación que el Servet tiene abiertas, mientras la tercera de la que dispone el servicio de Urgencias permanecía cerrada.

FUE PEOR EL JUEVES Aunque el colapso del servicio no llegó a ser tan grande como en la jornada del jueves, ya que tanto pacientes como trabajadores hablaban de "algo nunca visto", en la mañana de ayer, otras 16 personas más se acumulaban en camas y camillas en los boxes. Y es que, según denuncia la delegada de SATSE,"el problema que se repite cada año por estas fechas está en la falta de disponibilidad de camas".

Ante esta situación y, según algunos de los trabajadores del centro hospitalirio, como una reacción ante la información de la saturación del servicio en los primeros días del año lanzada ayer desde estas mismas páginas, el Salud actuó y sobre las 12.30 horas decidió abrir más camas en el hospital infantil y en el área de Traumatología.

Esto ayudó a descongestionar el servicio. Aunque a última hora de la tarde seguían faltando 35 camas para poder cubrir la necesidad de ingresos hospitalarios y quedaban 14 personas que llevaban tres horas o más aguardando su turno.

La directora gerente del Servicio Aragonés de Salud, María Ángeles Alcutén, trató de justificar ayer en declaraciones a la Cadena Ser el hecho de que, ante las vacaciones de los facultativos, haya camas en los hospitales que permacen cerradas en Navidad.

Según Alcutén, en estos días "se aprovecha para cerrar camas y para hacer labores de mantenimiento en los hospitales. Sin embargo --añadió--, si hay un aumento de la demanda porque aumentan las patologías crónicas se abren las camas que sean necesarias para atender a los pacientes". Y aseguró que "así se ha hecho este año", ya que "se ha puesto una unidad de hospitalización en el Royo Villanova". Y apostilló que "se abrirán las que sean necesarias".

Sin embargo, en estos primeros días del año ha habido un notable incremento de pacientes pero los servicios hospitaliarios siguen con la dotación de siempre. De hecho, Alcutén admitió ante los micrófonos de la Ser que "la plantilla no se ha visto modificada con respecto a otros años". Eso sí, a continuación añadió que "si es necesario incrementarla, naturalmente, se incrementará". La necesidad parece obvia. Lo que no dijo es cuándo ni en qué cantidad.