La aseguradora del Salud, Zúrich, ha tenido que indemnizar a una mujer zaragozana de 45 años con 48.213 euros por las lesiones causadas por un electrobisturí durante una operación de vesícula.

De esta forma cumple la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) en la que la compañía veía desestimado su recurso para evitar pagar esta cantidad que el propio Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón había estimado.

En la resolución firmada por el consejero Ricardo Oliván se reconocía mala praxis médica, certificada por el informe de la inspección sanitaria. A pesar de ello, Zúrich interpuso una demanda contra el Gobierno de Aragón por haber dado la razón a la paciente.

Esta acción dio lugar a un procedimiento judicial ante el TSJA, que solicitó un informe pericial judicial que también concluyó que "la asistencia prestada a la paciente no fue correcta en cuanto a la cirugía realizada".

Ante todo ello, Zúrich ha desistido del procedimiento y ha abonado a la paciente la cantidad requerida, aunque su abogado del Defensor del Paciente, Ricardo Agóiz, ha iniciado un nuevo procedimiento administrativo para que se le paguen los intereses legales de esta cantidad.

La víctima fue operada en el Hospital Miguel Servet el 20 de octubre de 2008 y se le dio el alta hospitalaria al día siguiente. Tras la intervención, comenzó a padecer fuertes dolores, que los médicos achacaron a la propia cirugía, aunque cada vez que la mujer ingería comida su estado empeoraba.

Cinco días más tarde, según se señala en el informe de la propia DGA, tuvo que acudir al servicio de urgencias donde detectaron la presencia de líquido en el abdomen, algo que se habría generado "a causa del electrobisturí utilizado durante el acto quirúrgico o por un error de identificación de las estructuras anatómicas por parte del cirujano". Un médico que no pudo dar su versión de los hechos, ya que ha fallecido.

En dicho informe también se resalta que los antecedentes clínicos de la mujer no dejan entrever ningún riesgo personalizado que conste y que en el protocolo quirúrgico de la segunda intervención no se refiere a ninguna existencia de "alteraciones quirúrgicas".

Como consecuencia la paciente sufre dolores al agacharse y estirarse o cuando tose. También tiene mareos, agotamiento físico e insensibilidad en el abdomen.

Desde la asociación, su presidenta Carmen Flores destaca que esta mujer ha "sufrido" por la actuación médica y también por el "peregrinaje" judicial hasta que ha conseguido que le den la razón. Flores va más allá y califica de "capricho" que la compañía aseguradora Zúrich "no sólo no reconoce el daño", sino que incluso ha denunciado a su propio cliente, el Gobierno de Aragón, "para no responsabilizarse de las lesiones".