Hay actividades esenciales para la industria, para la agricultura, para las telecomunicaciones... Y también hay algunas que no pueden dejar de producirse en la vida de los más pequeños. Y algunos ayuntamientos han pensado que ellos, sobre todo ellos, se merecían estos días un reconocimiento. Han estado en casa sin rechistar, aguantando esa energía desbordante con la que suelen agotar a sus progenitores y de la muchos pueden (podemos) dar fe. Pero lo han entendido bien.

Esa es la motivación que ha llevado a algunos ayuntamientos a emitir bandos especiales para ellos estos días. Como lo hicieron ayer los de Calamocha y Boltaña. El primero, en la provincia de Teruel, y el segundo, en Huesca, lanzaron ayer sendos comunicados anunciando que iban a conceder una especie de salvoconducto para que el ratoncito Pérez pueda seguir realizando su labor estos días, tomando siempre las preceptivas medidas de seguridad (como la higiene extrema en las patas o el uso de guantes y mascarillas).

José María Giménez Macarulla, alcalde de Boltaña, quiso, además, felicitar en su escrito a «todos los niños y niñas» de esta localidad y sus núcleos «por su comportamiento ejemplar durante todos los días de confinamiento. Y también «por tener tanta paciencia, por ser obedientes y por respetar y hacer respetar las normas de restricción de la movilidad». El alcalde de Calamocha, Manuel Rando, también advirtió a los más pequeños de que deben seguir lavándose las manos para que tampoco «el señor Pérez se contagie» y dejó claro que él y su corporación lo consideran «personal esencial».

No parece que ninguna norma en el BOE pueda anteponerse ahora a su trabajo, más aún en el que los juegos y la ilusión cobran un papel tan especial en el desempeño de las familias. En el que muchos han pedido ya un nuevo aplauso para los más pequeños. Que siguen dando lecciones. Y que seguirán recibiendo, por cada diente, sus propinas.