Al calor de la lumbre, al son de la música y con buenos alimentos, los vecinos de Zaragoza disfrutaron ayer de las tradicionales hogueras de San Antón en algunos puntos de la ciudad. La celebración será escalonada este año, ya que no todos los barrios prendieron la leña ayer; otros, como el Arrabal, se esperarán hasta el fin de semana para hacerlo.

Entre los que eligieron la noche de ayer, la fecha canónica según la festividad, se encuentra el barrio de Torrero. La hoguera en este distrito se situó en el solar cercano al antiguo colegio Lestonnac y, antes de que la leña comenzara a arder, los vecinos ya asomaban por la zona, expectantes a que las llamas hicieran su aparición para comenzar la fiesta. No llegó hasta cerca de las siete de la tarde, cuando el sol ya se retiraba y la oscuridad iba ganando terreno. Así, la lumbre iluminó a la multitud que se arremolinaba alrededor de la hoguera. Niños, jóvenes, adultos y personas mayores disfrutaban del chisporroteo del fuego y, conforme avanzaba la fiesta, de la longaniza, la panceta, los chorizos y la bebida dispuesta para pasar una buena noche por san Antón.

La asociación vecinal Venecia Montes de Torrero organizó esta fiesta alrededor de la hoguera, una cita que, como explicó el presidente del colectivo, Joaquín Salvador, se celebra en el barrio «desde tiempos inmemoriales» aunque con algunas diferencias. Así, detalló que antiguamente, antes de que estuviera tan urbanizada la zona, era costumbre bajar los muebles viejos a cada calle y, allí, hacer los fuegos. Relató que con el tiempo se decidió hacer solo una, antes en otro espacio cercano a la calle Fray Julián Garcés y de un tiempo a esta parte en el actual solar.

HOMENAJE

La cita también sirvió para homenajear a uno de sus vecinos. Este año, el honor recayó en Luis Luño, el último pastor del barrio, quien se llevó la llave de la República Independiente de Torrero. Luño afirmó que este reconocimiento de una asociación «del pueblo, luchadora» le hizo «ilusión». Relató que su periplo como pastor comenzó hace 33 años, cuando adquirió las ovejas después de que la empresa en la que trabajaba hiciera una regulación de empleo. Así, en los montes de Torrero encontó «esa felicidad y esa libertad» que buscaba. La zona de la Quinta Julieta fue en la que se movió con su ganado hasta su jubilación, un tiempo en el que pudo ver cómo se transformaba el barrio. Por ejemplo, destacó que esa zona donde pastoreaba ahora está «todo yermo» y antes era «un vergel». En ese sentido, fue testigo de la evolución de Puerto Venecia, un espacio que le fue «cerrando el camino» que realizaba con sus ovejas. Ahora, concluyó, espera «ser feliz» en su jubilación.

Pero si Luño recibió el reconocimiento del barrio, el portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Zaragoza, Jorge Azcón, fue nombrado por la asociación Mostrenco del año, un cargo que distingue a aquellos que han influido en aspectos negativos para el distrito, según el colectivo. En este caso, fue elegido por su oposición a que se amplíen las estaciones de Bizi.

Pero Torrero no fue el único rincón de la ciudad que celebró ayer san Antón. En Casablanca también encendieron el fuego y disfrutaron de la comida mientras las llamas iluminaban el anochecer. En concreto fue la calle Embarcadero donde se instaló la hoguera y los vecinos merendaron con los bocadillos de longaniza, chorizo y morcilla, el vino aragonés y los refrescos que la junta del distrito, la asociación de vecinos Tomás Pelayo y otras entidades organizadoras prepararon para la ocasión.