La imagen de San Lorenzo, patrón de Huesca, recorrió ayer de nuevo en procesión las calles de la ciudad, entre los vivas y vítores lanzados por los miles de ciudadanos que flanqueaban su paso. Una procesión que, como todos los años, ha tenido gestos críticos hacia la corporación municipal de colectivos que no han visto cumplidos los compromisos alcanzados al inicio de la actual legislatura.

Una hora antes de emprender la imagen su camino en una carroza llena de verde albahaca y de claveles rojos que simbolizan el fuego en el que San Lorenzo fue quemado, los Danzantes de la ciudad rendían su particular homenaje al santo bailando ante las puertas del templo sus tradicionales danzas con palos, espadas y cintas.

A lo largo de varios minutos, la agrupación escenificó su colorido espectáculo con los tradicionales bailes del Vals de las flores y El degollado, para acabar contagiando al público con el popular tema de San Lorenzo. Después, decenas de personas ataviadas con trajes regionales y la propia corporación municipal iniciaron su camino hacia la casa consistorial, seguida por los Danzantes.

Son fiestas estas de San Lorenzo en las que lo sagrado y lo profano se mezclan con naturalidad y si el miércoles miles de personas se desgañitaban en la cabalgata festiva, ayer aclamaban con fervor a su santo patrón en el día grande de la festividad.

Fue en la costanilla de Santiago donde se produjo el tradicional gesto reivindicativo-crítico por parte de un grupo de miembros de la Peña Alegría Laurentina, que entregaron a los concejales un papel envuelto en plástico transparente con una aspa verde dibujada y un mechón de pelo en su interior. «Los políticos nos toman el pelo», explicaban mientras otro de los protagonistas de la queja mostraba una pancarta para denunciar que la peña espera una solución para recuperar todos los usos que se daban antes en su local festivo, el conocido Jai Alai, tradicional lugar de encuentro y de conciertos míticos que permanece cerrado desde hace seis años por motivos de seguridad.

A media mañana, la imagen ha iniciado su camino de regreso a la basílica para presidir desde un sitial de honor una misa concelebrada y permanecer en el tempo hasta el último día de las fiestas, en el que volverá a salir para recibir la ofrenda de frutos y flores.

Varios miembros de la corporación, entre ellos el alcalde de la ciudad, Luis Felipe, se sumaron a la procesión desde el exterior del templo, de acuerdo al nuevo reglamento protocolario que excluye la participación de los ediles de actos religiosos con los símbolos acreditativos del cargo.