La Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) afronta la crisis del coronavirus con el convencimiento de que será necesario echar mano de más recursos. Por eso, su presidente pide contar con el superávit de los municipios durante los años de crecimiento. Sánchez Quero, en una entrevista realizada a través de cuestionario para este diario, cree que Sánchez ha cometido errores por la voracidad de la pandemia y recalca la coordinación y buena sintonía de la institución con la DGA.

-El Gobierno no ha dado el visto bueno al plan de la DGA para iniciar el desconfinamiento en lospueblos ¿Entiende esa postura?

-Creo que ha sido un error. La situación es muy complicada y es imposible adecuar medidas a los casos concretos de cada zona, pero creo que el Gobierno debería haber afinado mucho más el criterio territorial. El medio rural ha sido el menos azotado por el coronavirus y tiene unas grandes singularidades demográficas y económicas. No tiene sentido que se le trate de forma similar a los entornos urbanos o incluso a las grandes capitales que a los pueblos de la provincia.

-¿Ve acertada la actuación del Ejecutivo de Sánchez?

-Ha tenido que afrontar una carrera de obstáculos ante una realidad desconocida y con una escasez de recursos tremenda. Es cierto que se han cometido errores, y es justo reconocerlo con humildad y honestidad ante la población. Reconocer los fallos es una excelente forma de poner los pies en el suelo, inmunizarse frente a la soberbia y rectificar para mejorar el rumbo. Pero ante un desastre sanitario de esta envergadura es fácil cometer errores.

-¿Qué necesidades le han transmitido los alcaldes?

-Lo fundamental es proteger a la población haciendo desinfecciones con regularidad y garantizando el abastecimiento, especialmente a los más mayores. Esa es la prioridad de los alcaldes y la primera preocupación a la que ha dado respuesta la DPZ.

-¿Se verán postergadas algunas de las inversiones previstas?

-El presupuesto de la DPZ se ha reorientado a la lucha contra el coronavirus. El esfuerzo inversor no solo se va a mantener sino que estamos decididos a reforzarlo. Vamos a orientar nuestros recursos a ayudar al tejido social y económico de la provincia. Queremos que los fondos de la Diputación sean el primer frente de batalla a pie de calle. Los 25 millones que vamos a transferir este mes a los ayuntamientos son un ejemplo de ello, al igual que los planes que estamos estudiando convocar, como el de empleo, el de emergencia social, reconvertir el plan de lucha contra la despoblación dotado con un 1,8 millones en ayudas a autónomos y pymes o un plan ambicioso para potenciar el turismo y la cultura.

-¿Qué actuaciones prevé en estas últimas áreas?

-Estamos estudiando sacar un plan para potenciar el turismo y la cultura. Salvar nuestro tejido turístico y cultural es una de las mayores urgencias a las que se va a enfrentar España y la Diputación va a compartir ese reto.

-Los municipios insisten en reclamar que el superávit se pueda usar para luchar contra la pandemia...

-Los ayuntamientos son las administraciones más saneadas del sector público español porque durante la anterior crisis fuimos los que más y mejor nos apretamos el cinturón. En la fase de crecimiento nos mantuvimos en esa senda, lo que nos permitió acumular superávits recurrentes. Y ahora es el momento de utilizar esos recursos, porque no tiene sentido que sigan confinados en los bancos cuando hacen falta para salvar nuestra economía. Ante un desafío como este, hay que utilizar con rigor esos excedentes económicos.

-¿Cuáles son las necesidades de financiación de la DPZ?

-Llevamos años haciendo los deberes con rigor y eso nos ha permitido dejar a cero la deuda de la Diputación y cerrar la liquidación presupuestaria del 2019 con 11,5 millones de superávit. En el 2015, cuando llegué a la presidencia de la DPZ, esta institución debía a los bancos 27 millones. Ahora no debemos ni un euro en préstamos y llevamos años con superávits y con un remanente acumulado de 57 millones. Eso nos coloca en una situación favorable, a pesar de que los ingresos ordinarios se van a desplomar y de que el escenario será complicado. Si la situación lo exigiera, se nos debe permitir utilizar el remanente acumulado para inyectar capital a los municipios y al tejido productivo para su reactivación. Las entidades locales, y esta Diputación en particular, somos hoy las más saneadas para encarar operaciones de deuda pública con las que auxiliar al tejido social y económico.

-¿El plan unificado de subvenciones, que dota de 50 millones a los municipios, será suficiente?

-Nos gustaría que fuera más, por eso insistimos en que se nos permita a las entidades locales utilizar nuestros superávits. Se está estudiando adelantar otros 20 millones del PLUS.

-¿Cuál es la situación de la residencias de la provincia?

-Creo que ahora la situación está controlada debido a que el Gobierno de Aragón ha intervenido varias. Pero no se puede bajar la guardia. Pese a ello, se está viendo luz al final del cruel túnel.

-¿Se están detectando necesidades urgentes desde el punto de vista social?

-Sí, empieza a notarse. Se está destruyendo mucho empleo por culpa de la crisis del coronavirus, y son decenas de miles los afectados por ERTE, lo que provoca el hundimiento de las rentas personales. Por eso, es fundamental desplegar una acción coordinada de todas las administraciones y auxiliar a aquellos a los que la crisis golpee con más crudeza.

-¿Está en contacto con el presidente de Aragón para coordinarse en esta crisis?

-La coordinación es absoluta. Hablo a diario con el presidente Javier Lambán, abordamos en común medidas dirigidas a combatir esta crisis en sus diversos frentes y compartimos información e inquietudes. También mantenemos contacto continuo y estrecho por otras vías. Entre la DPZ y el Gobierno de Aragón la coordinación es total, fluida, al máximo nivel, desde el convencimiento de que las entidades locales vamos a ser una pieza clave e imprescindible para combatir y superar la crisis.