La gota que colmó el vaso de la paciencia de los sanitarios se ha convertido en un tsunami que ha arrastrado a la ya exconsejera de Sanidad del Gobierno de Aragón. Pilar Ventura anunció ayer por la tarde su dimisión para dejar de ser «un estorbo» y no alargar una situación que se había hecho insostenible tras días de protestas de los sanitarios en toda la comunidad. La consejera de Sanidad contó ayer con el respaldo del presidente de la comunidad, Javier Lambán, que la acompañó en su alocución en la sala de Columnas del edificio Pignatelli, escenario habitualmente elegido para los actos solemnes. El líder del Ejecutivo cuatripartito aseguró que él «jamás» la habría cesado. Por el momento, no ha trascendido el nombre de su sustituta o sustituto, aunque debería llegar pronto, y así lo reclama el sector y las fuerzas políticas.

Ventura reconoció que se marcha al haber perdido el apoyo de un amplio y movilizado sector del mundo sanitario. «No puedo estar al frente de la sanidad cuando los sindicatos y los colegios profesionales no me aceptan. No quiero ser un estorbo para esta recuperación y por eso considero que debo dejar el cargo». Con estas palabras, Pilar Ventura concluía su comparecencia, sin preguntas, tras haber reconocido de nuevo su error en el último pleno de las Cortes. Un error que ha pesado más que los posibles fallos que los profesionales sanitarios han ido denunciando en su gestión de la pandemia.

La ya exconsejera volvió a admitir que se equivocó cuando afirmó que la elaboración de equipos de protección por parte de los profesionales sanitarios había sido «incluso un estímulo» para ellos al ayudar al Salud ante la carencia de materiales en la pandemia. «Desde luego que me equivoqué en mi expresión cuando he ofendido, pero jamás estuvo en mi intención. Ha sido muy duro y complicado el suministro de los equipos de protección a los profesionales del sistema. Desde mi primera comparecencia en las Cortes he pedido perdón de forma sincera», aseguró una Ventura de rictus muy serio y profundas ojeras.

Tras días de protestas, Ventura decidió dar un paso a un lado al entender que ahora lo importante es la salud de los aragoneses y salir de la crisis. «Creo que lo importante ante la gravísima crisis que estamos sufriendo es la salud de los aragoneses, y que la sociedad tenga la posibilidad de una recuperación social y económica. Y entendiendo que, por supuesto, este es un interés que está muy por encima de mi cargo, es por lo que he presentado mi dimisión al presidente del Gobierno de Aragón», señaló.

El sábado, los profesionales sanitarios empezaron a recoger firmas para pedir su dimisión y los principales sindicatos y colegios profesionales emitieron comunicados en ese sentido. El clamor se hizo evidente el lunes y el martes, con un amplio seguimiento de las protestas en Aragón.

La responsable de Sanidad durante el mayor desafío sanitario de la historia reciente sacó pecho ayer, pese a todo, de la gestión de la crisis. «Hemos hecho en esta crisis sanitaria todo lo que ha sido posible hacer. He trabajado durante estos meses con absoluta dedicación y empeño», subrayó. Y enumeró sus logros, como «evitar el colapso del sistema sanitario, el gran riesgo en una epidemia»; «contener la transmisión de la enfermedad» y conseguir que toda la comunidad pase a la fase 1 de la desescalada. Y reconoció que todo ello se ha conseguido «con el esfuerzo de todos los profesionales sanitarios» así como de la sociedad aragonesa cumpliendo las medidas de confinamiento «con gran responsabilidad».

El presidente Lambán se deshizo en elogios de la ya exconsejera, destacando su altura «moral y ética» y su categoría «como persona, como mujer y como responsable política». «Yo no la hubiera cesado jamás. Ella deja el cargo porque cree que de esa manera contribuye a facilitar la gestión de los meses que nos quedan por delante para gestionar la solución de la crisis sanitaria y yo se lo agradezco de todo corazón», incidió. «Yo no la hubiera cesado», repitió en varias ocasiones, porque considera que su trabajo ha sido «impecable».

El líder del Ejecutivo aragonés afronta ahora la primera salida desde la conformación del cuatripartito. La primera crisis, después de que en la pasada legislatura también fuera la consejería de Sanidad, con la dimisión de Sebastián Celaya, la que moviera las piezas del puzzle. «El gobierno en su conjunto entiende que debe facilitar una recuperación de la normalidad en las relaciones con los colegios de profesionales. Se trata de recuperar la calma», expresó. «Quiero que las relaciones del Gobierno con los sindicatos y colegios de profesionales sea cordial, estrecha. Nos quedan muchas etapas por superar», reconoció. Y reiteró el agradecimiento a la exconsejera. «Atestiguo y digo con toda la solemnidad que nadie ha sufrido más por la ausencia de materiales de protección, nadie ha trabajado más por pertrechar al sistema público de salud de esos materiales, nadie se ha dejado tanto la piel por que Aragón esté encaminado a superar esta crisis sanitaria como Pilar Ventura», recalcó.

Lambán dejó patente que la salida de Ventura le toca en lo personal, y es que su llegada a la consejería fue su apuesta. Reiteró su agradecimiento «desde lo más profundo» de su corazón porque «una funcionaria de alto nivel de la DGA» decidiera, «con muchas renuncias por su parte, dedicar algunos años de su vida a servir a Aragón desde la consejería de Sanidad». «A Pilar, le deseo lo mejor. Jamás le estaré lo suficientemente agradecido. Por el bien de Aragón, haré todo lo posible porque Pilar Ventura desempeñe en el futuro cometidos a la altura de su entidad profesional y moral», concluyó el presidente.

Pilar Ventura nació en Zaragoza (1958). Es funcionaria del Grupo A, del cuerpo de Administradores Superiores de la Administración de la Comunidad Autónoma de Aragón.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Zaragoza, ejerció la abogacía desde 1980 a 1990. Ha sido Secretaria General del Servicio Aragonés de Salud de 1993 a 1995; Directora General de Gestión de Personal en el Departamento de Educación, Cultura y Deporte (2004-2007); Directora General de la Función Pública del Departamento de Presidencia (2007-2008); Consejera del Departamento de Ciencia, Tecnología y Universidad (2008-2010); Directora General de Cooperación Autonómica del Ministerio de Política Territorial y Administración Pública; Secretaria General Técnica del Departamento de Sanidad entre 2015 y 2018. Fue nombrada consejera de Sanidad en julio del 2018 tras la renuncia de Sebastián Celaya.