El Salud tiene entre sus planes a corto plazo el cierre del centro de Independencia --más conocido con el nombre de Hermanos Ibarra--. La decisión, que podría tomarse antes del otoño, supondría la redistribución de los usuarios del centro y de los profesionales sanitarios que actualmente trabajan allí en otros tres cercanos --Sagasta, Rebolería y San Pablo--.

El Hermanos Ibarra ocupa en la actualidad a nueve médicos de familia, dos pediatras, a los que se suman dos profesionales de apoyo --un trabajador social y una matrona-- que prestan consulta en Rebolería y Sagasta, respectivamente. Además, la nómina de trabajadores del centro la completan 3 administrativos, dos celadores y el jefe de servicio.

La decisión se explicaría, según fuentes consultadas por este diario, al amparo de la ley que obliga a hacerse estatutarios a los profesionales de cupo antes de fin de año, pero supondría un serio contratiempo para los pacientes. De hecho, el Hermanos Ibarra es uno de los centros con mayor índice de ancianos, a los que, si se confirma el cierre, habría que distribuir y asignar otro médico de cabecera después de muchos años asociados al mismo.

OTRO CIERRE Además, Sanidad también valora la opción del cierre completo del Punto de Atención Continuada (PAC) de Sagasta, que se acometería en octubre y que provocaría el traslado de una parte de su actividad a las urgencias del hospital Provincial. Esa medida abocaría al centro hospitalario a cualquier persona que sufriera alguna urgencia a partir de las 20.00 horas.

Otro de los planes previstos por el Salud alcanza al posible traslado y centralización de la salud mental al centro de Valdespartera. Actualmente, la atención a esta especialidad se encuentra distribuida por toda la ciudad y la modificación obligaría a los enfermos mentales a desplazarse a la nueva sede centralizada para recoger sus recetas de psicofármacos o ponerse las inyecciones que correspondan.

El Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón no desmintió ayer a este periódico las tres medidas y se limitó a advertir de que "no hay nada decidido". En todo caso, fuentes del Ejecutivo autonómico sí reconocieron que "hay una serie de medidas que se están valorando y que se irán evaluando conforme se considere su viabilidad". Asimismo, el departamento indicó que "cualquier modificación debe ser objeto de un estudio detallado y no hay en estos momentos nada decidido, como lo demuestra el hecho de que aún no se ha puesto en marcha ninguna de estas medidas".

Los sindicatos sanitarios, por su parte, criticaron a la Administración por "llevar a cabo una política de hechos consumados sin consultar a nadie", en palabras de Lorenzo Arracó, secretario general del sindicato médico CESM Aragón, que incidió en la "falta de participación de los profesionales en las decisiones que se toman sin haberlas discutido previamente".

Pero el cierre parcial o total de centros se viene planteando desde hace tiempo. De hecho, la Administración ya procedió a la clausura por las tardes del Grande Covián, así como al traslado de su laboratorio al hospital Miguel Servet.