El Banco Santander creará en Zaragoza un centro operativo que prestará apoyo a la red de sucursales de la comunidad y de otros territorios próximos, lo que permitir compensar los efectos del ajuste laboral de la entidad en Aragón al permitir la recolocación de una parte del excedente de personal. El expediente de regulación de empleo (ere) contempla el cierre de 25 de las 70 oficinas -el 36% del total-- que tiene en este territorio, lo que podría afectar a un centenar de empleados, entre bajas y reubicaciones.

La provincia de Zaragoza concentrará la mayor parte de las clausuras de sucursales en la comunidad, con la desaparición de 18 de las 53 sedes con que ahora cuenta, es decir, el 34%, según la información aportada por CCOO, principal fuerza sindical en la entidad. Pero proporcionalmente será Teruel la que más pierda, al cerrar cuatro de las siete que tiene (el 57%), mientras que en Huesca bajarán la persiana tres de sus diez establecimientos (el 30%), en Teruel, cuatro de las siete que tiene (el 57%).

Algunas de las oficinas de esta lista no cerrarán del todo. Las que se encuentren en el medio rural serán reconvertidas en agencias colaboradas gestionadas de forma externa por trabajadores autónomos, una fórmula que el banco ya viene utilizando en varios poblaciones aragonesas. Así ocurrirá con la sucursal de Mora de Rubielos, la única que CCOO conoce que está afectada por el proceso de reestructuración.

A nivel nacional, el Santander cerrará 1.033 de las 3.000 oficinas que posee en España (el 33%). Esta decisión supondrá la amortización de 3.572 empleos del banco en lugar de los 5.072 propuestos al inicio de la negociación, ya que 1.500 trabajadores serán recolocados, 400 de ellos dentro de la entidad y 1.100 en empresas del grupo.

Servicios de consultoría

Estas últimas reubicaciones serán en los nuevos centros operativos como el que pretende instalar en la capital aragonesa y otras nueve capitales de provincia, entre ellas Valencia, Alicante, Murcia, Badajoz, Sevilla o León, según recoge el acuerdo sobre el despido colectivo cerrar a mediados de diciembre entre los sindicatos y el grupo que lidera Ana Patricia Botín. Estos complejos darán soporte técnico a la banca comercial y serán gestionados por la división Santander Operaciones, que próximamente se fusionará con Santander Tecnología y, por tanto, tendrá un convenio colectivo de consultoría.

La ubicación no se conoce todavía, aunque previsiblemente se situará en algunas de las grandes sedes que el Santander tiene en la ciudad que tiene ahora infrautilizados como consecuencia de procesos de ajuste y de fusión como el del Popular. Se trata de un servicio que hasta ahora estaba centralizado básicamente en Madrid.

El responsable de la sección sindical de CCOO del Santander en Aragón, Carlos Serrano, lamentó la destrucción de empleo que se va a producir y la paulatina marcha del banco del «Aragón vaciado». La buena noticia, precisó, será la instalación del citado centro operativo, que debería empezar a funcionar este año y «ayudará a digerir los efectos del ere» a nivel local. El personal recolocado mantendrá además, subrayó, las mismas condiciones laborales.

La pandemia acelera los ajustes de la banca

El ajuste laboral del Santander es uno más de los que se está aplicando o negociando en el sector bancario español, que ha acelerado su digitalización y la consiguiente reestructuración a raíz de la pandemia. «Entre este año y que viene, el cierre de oficinas va a ser brutal y eso implica pérdida de empleo», lamentó el también responsable de la agrupación del sector financiero de CCOO Aragón. La crisis sanitaria ha intensificado la transformación digital de las entidades bancarias, que se están volcado en el teletrabajo, la concentración del negocio y el recorte de la red comercial física.

Entre estos ajustes laborales destaca el ere de Ibercaja, pactado hace varias semanas entre la entidad y el banco aragonés, que contempla 750 despidos. La fusión entre Caixabank y Bankia traerá consigo otro recorte de plantilla de gran calado, al igual que la unión entre Unicaja y Liberbank. Y el Sabadell ha planteado un ere para 1.800 personas.