El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, entraba en escena en la plaza del Pilar en el día del patrón para acudir, junto a otros concejales de la corporación y acompañado por los portavoces de los partidos de la oposición que están llamados a decidir en las próximas semanas si la capital aragonesa tiene o no presupuesto antes de las próximas elecciones. Las relaciones con el PSOE no atraviesan por el mejor momento y con su negativa a sentarse a negociarlo, mientras el Ministerio de Hacienda no levante el veto a captar más deuda, el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) ha decidido lanzarse a la piscina. El primer edil confirmó que lo aprobará en solitario y sin pacto previo de la izquierda la próxima semana y ayer manifestaba que se conformaría con la abstención del PP y Cs para no perjudicar a la ciudad y evitar una larga espera hasta el próximo otoño.

«El presupuesto en unos cuantos días lo vamos a aprobar en Gobierno. Tiene que haber para que las entidades sociales no se vean perjudicadas por no poder acceder a las subvenciones», explicó el alcalde. En su opinión, «es una situación muy grave que exigiría un poquito de responsabilidad por parte de todos los grupos municipales, y en especial del PSOE, que si ha aprobado tres presupuestos no se entendería que este no se aprobara. ¿Porque haya una campaña electoral se va a perjudicar a la ciudad y a las entidades sociales? Es un castigo que no se merecen», dijo.

«El PSOE confiamos en que cambie su planteamiento, en apariencia tan cerrado ahora, y si no, que se abstengan los grupos que quieran comprometerse para, por lo menos, no perjudicar a la ciudad», instó en clara referencia a los partidos de la derecha, PP y Cs. Un gesto que, no hay que olvidar, ya hicieron los conservadores la pasada legislatura en el 2014 cuando el presupuesto del gobierno socialista recibió el rechazo de IU, clave para aprobarlo. Gracias a esa abstención, se pudo dar solo un mes después.

Sin embargo, el alcalde mantiene intactas sus esperanzas en que los socialistas rectifiquen. «Confío en que sí, porque estamos hablando de responsabilidad y de dejar atrás los intereses electoralistas y partidistas, y pensar en el bien de la ciudad y de la gente que trabaja para colaborar con el ayuntamiento en temas sociales muy delicados», dijo.