El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, afronta los meses que quedan de legislatura con la voluntad de gestionar los proyectos pendientes de ejecución que dibujarán una ciudad "muy distinta" a la que encontró en 2015. Para ello, y para pensar más allá de las próximas elecciones, aboga por "generar desde ya una situación de confianza" con el PSOE.

Santisteve sabe que la gobernabilidad de Zaragoza tras los comicios municipales de 2019 dependerá de la suma de los bloques de izquierda (ZeC, PSOE, CHA) y de derecha (PP y Cs, esencialmente), hasta el punto de que "quizá la única opción con sentido" sea la del Gobierno de coalición. Coalición entre "comunes" y socialistas", como apunta en una entrevista a Efe.

"Podría ser un ensayo de trabajo en común y de aproximación", reconoce, si bien no se ciñe sólo a la posible alianza entre estas dos formaciones.

Por lo que apela el regidor es por la unidad de las fuerzas de izquierda cara a una campaña electoral que prevé "muy dura" y durante la que "una derecha muy crecida" no escatimará en "insultos" con tal de asentarse en el poder y "repartirse los sillones".

Así que, en su opinión, "hay que generar a partir de ya una situación de confianza" con el PSOE, pero también con CHA, "y eliminar la crispación" que a su juicio ha marcado los últimos tiempos políticos en la Plaza del Pilar. En definitiva, "tender puentes" entre la izquierda zaragozana.

Un estímulo para "restaurar la confianza" puede ser, dice, la propia cultura de "consenso" de la que se alimenta ZeC. "Debemos contagiar ese espíritu a PSOE y CHA para que en la campaña electoral mostremos la unidad de la izquierda", sentencia.

No en balde, anticipa el clima de acuerdo y cree que en la negociación de los presupuestos municipales se demostrará.

Estos llamamientos a la concordia entre partidos de similar espectro político ya los lanzó Santisteve tras corregir la decisión que adoptó en febrero respecto de la composición y funcionamiento de las sociedades municipales. Tras unos meses de tensión sin tregua, ZeC estableció que los representantes de los grupos de la oposición regresaran a estos organismos para votar.

El alcalde explica que ese retorno obedece al "bloqueo de 12 millones de euros", aglutinados en una serie de partidas dependientes de las sociedades de vivienda, cultura o deporte que no llegaban a la gente.

Dice Santisteve que "la bronca política" devino en "el uso de los ciudadanos como mecanismo de chantaje", y cuando algo así sucede, "hay que ceder". La rectificación (aunque el alcalde evita dicha palabra) era "obligada".

Sin embargo, el alcalde no duda de la legalidad de la medida, y de hecho considera que "es bastante probable" que el Tribunal Constitucional levante la suspensión temporal a primeros de enero. Es más: destaca que la decisión de los magistrados no ha influido en la reversión del funcionamiento de las sociedades.

Incluso aprecia en el fallo "una incongruencia" que afecta al Partido Socialista, pues el Gobierno central de Pedro Sánchez "se inmiscuye en el ámbito competencial" (la Ley de Capitalidad) del Gobierno autonómico de Javier Lambán, lo cual "desde un punto de vista constitucional es muy grave".

Precisamente del presidente aragonés Santisteve no ofrece palabras amables. El alcalde no olvida "los improperios y las descalificaciones totalmente injustas" que le ha proferido, lo que lleva a pedirle "clase y altura política".

Aunque Lambán manifiesta lo contrario, el alcalde zaragozano subraya que él "nunca" se ha negado a sentarse con él para hablar, por ejemplo, de la deuda del tranvía o del Impuesto de Contaminación de las Aguas.

Ocurre, sin embargo, según sus palabras, que ya va teniendo "experiencia" sobre lo que es "cerrar acuerdos" con el presidente de Aragón: "Siempre se vuelve a la casilla de salida", apostilla.

Cita, como ejemplos, el sellado del vertedero o la deuda del tranvía, que el propio Lambán cifró en ocho millones porque así lo estipuló Intervención, pero "¿dónde están esos ocho millones?", se pregunta el regidor.

Y menciona el cobro del ICA en Zaragoza, algo que para Santisteve se asemeja a "echar un jarro de agua fría" a los ciudadanos de la capital aragonesa. Por ello, afirma que no le extraña que el secretario general de Podemos, Nacho Escartín, le haya acusado a Lambán de "dinamitar" con esta medida cualquier opción de acuerdo parlamentario con la formación "morada".

"Podemos cedió con el ICA para favorecer la gobernabilidad" de la comunidad autónoma, recuerda el alcalde, y eso "en el Ayuntamiento no ha tenido su equivalente".

Han sido tres años difíciles para quien entró en política hace exactamente esos tres años. Santisteve, hasta 2015 un conocido abogado de personas con bajos recursos, se convirtió en el regidor de la quinta ciudad española en un visto y no visto.

A un año de las elecciones, hace autocrítica y admite que quizá ha fallado en "no haber sabido transmitir la importancia de los tiempos de cambio" actuales.

Pero Santisteve, en la entrevista, recalca que sólo piensa en los meses y años que vienen. Enumera los logros que, a su entender, han hecho de Zaragoza una ciudad "muy distinta" a la de 2015.

Avances en movilidad gracias la apuesta por vehículos eléctricos, impulso de la acción social para combatir la desigualdad, aumento del parque de vivienda social, estímulo a la cultura local y a grandes obras en cartel, refuerzo de la infraestructura turística...

Pero Santisteve pide más tiempo, y por esta razón se ofrece como candidato de ZeC en las elecciones de 2019. Aboga por decidirlo en el arranque del año que viene.

Si es elegido por las bases y los ciudadanos, protagonizará una campaña sustentada en la gestión y en lo que queda por construir, y tenderá puentes a la izquierda.

También, como es obvio, a la candidata del PSOE, Pilar Alegría, a quien ha tratado "poco", dice, aunque subraya de ella: "Me parece una persona con la que se puede hablar".