Hasta ahora, Aragón había conseguido escapar de la reaparición del virus del sarampión, que ya había hecho acto de presencia en comunidades cercanas y que ha provocado que las autoridades sanitarias hayan encendido la luz de alarma en países de la Unión Europea como Francia, Italia, Rumanía o Inglaterra. Pero el boletín epidemiológico informó ayer de la detección de un brote en Huesca, lo que supone la vuelta a la comunidad de un virus que no aparecía por Aragón desde el 2015. En la provincia oscense, donde se han registrado dos casos, no lo hacía desde el 2013.

«Se ha realizado la investigación de contactos, inmunizando a susceptibles, y se están tomado las medidas oportunas para evitar la transmisión de la enfermedad», informaron ayer las autoridades sanitarias aragonesas, que mantendrán la «vigilancia activa» de la enfermedad, especialmente en el entorno de Huesca «hasta que se dé por extinguido». En España ya se han detectado 200 casos en lo que va de año.

«No hay motivos para la alarma. Lanzamos un mensaje de tranquilidad a la gente, aunque es posible que aparezcan más enfermos en las próximas fechas», indicó a este diario Juan Pablo Alonso, jefe de servicio de Vigilancia Epidemiológica.

En Aragón, el índice de cobertura de vacunación contra el sarampión es del 97%, un porcentaje muy elevado que descarta, prácticamente, la gran incidencia detectada en otros países europeos. En todo caso, ante la situación de circulación del virus en comunidades cercanas, Salud Pública recomienda contemplar el diagnóstico de sarampión si aparece fiebre y exantema en pacientes susceptibles -aquellos que no han pasado la enfermedad y no están correctamente vacunados con dos dosis de triple vírica-, notificando la sospecha. «Es también importante completar la inmunización de personas susceptibles, particularmente en el entorno de los casos sospechosos y en trabajadores de cuidados de salud. Todo el mundo debería ser inmune, y los trabajadores sanitarios, más», incide Alonso.

La vacunación contra el sarampión está incluida en el calendario aragonés desde 1983. Actualmente la primera dosis se pone a los 12 meses y la segunda de recuerdo a los 3 años.

«Esta situación se da de forma periódica cada siete u ocho años. Aunque en España la tasa de cobertura es muy alta, es inevitable que una pequeña parte de la población sea susceptible de contraer el virus, y como se habían detectado casos en regiones cercanas, era cuestión de tiempo que llegara», expone Alonso, que asegura que «no estamos especialmente preocupados ni hay motivos para la alarma».

«Si alguien no ha pasado el sarampión y le falta alguna dosis de la triple vírica, que acuda al sistema sanitario», incide.