Tocaba sacar los colmillos para irse de sarao. Aunque no solo de vampiros viva la noche de Halloween que ayer llenó de fiestas y encuentros terroríficos (y peculiares) las calles de muchas ciudades. Había apuntado mucho en la agenda lupera, para niños, para mayores... Hasta para monstruos muy perros. Y allí empezó el recorrido festero, con Naiara García y en El Club de las Mascotas, peluquería canina que volvía a organizar una fiesta de disfraces tenebrosa y peluda. Perros y dueños posaron en el photocall y tuvieron cóctel a juego (y chuches caninas), en un concurso que ya avanza por las redes (si quieren votar) y que es un clásico. «Hasta tenemos disfraces por si alguno se lo olvida», explicaba Naiara.

Para brujas (y hasta Hulks, que los de la Marvel no se pierden ni una) los que había en Puerto Venecia. Allí se reeditaba la carrera Run for Halloween, para niños desde 4 años. Premios a los mejores disfraces y esqueletos dándolo todo. En El Caracol, en el centro, los pintacaras se hicieron con la escena. Todo era prueba de que lo del truco o traco se ha popularizado. Ayer había programaciones especiales en el Sótano Mágico, con Pepín Banzo, en espacios tan clásicos como Casa Montal, con un menú ad hoc, o en el restaurante Marengo, con los vinos de sangre de Carlos Valero. Las Casas de Juventud hicieron su propia marcha zombi hasta el Pilar.

Muchos barrios, además, iniciaban sus propias tradiciones de la víspera de Todos los Santos (Halloween deriva de ahí, «all hallows’ eve»). La peña El Brabán de San José estrenaba su primera fiesta temática y pasacalles con zancos. En Santa Isabel, donde los vecinos son veteranos en la conmemoración de esta fiesta, hubo varios avistamientos de monstruos. Alguno envió pruebas, en forma de foto. Diferentes seres campaban a sus anchas pidiendo golosinas. «¿Truco o trato?» Cuidado con la respuesta...