El Gobierno de Aragón ha declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el sarcófago de Doña Sancha, un sepulcro que data de la segunda década del siglo XII y que se conserva en el Monasterio de las Benedictinas de Jaca (Huesca).

El Gobierno de Aragón ha aprobado hoy esta catalogación por considerar que se trata de una pieza fundamental dentro de la escultura románica europea, tanto por la calidad de su talla como por su iconografía.

Fechado en la segunda década del siglo XII y procedente del panteón real de Santa Cruz de la Serós (Huesca), donde fueron enterrados los restos de las tres hijas de Ramiro I, actualmente se conserva en el Monasterio de las Benedictinas de Jaca, a donde se trasladó la orden religiosa en 1555.

El sarcófago es una pieza trapezoidal decorada en sus cuatro caras, la principal dividida en tres escenas: la central presenta una figura desnuda dentro de una mandarla sujetada por dos ángeles; figura identificada con el alma de Doña Sancha.

En las escenas laterales aparecen bajo arcos de medio punto tres eclesiásticos y tres mujeres, una de ellas la hija de Ramiro I.

El lado posterior del sarcófago también está dividido en tres ámbitos, dos de ellos decorados con caballeros enfrentados mientras en el tercero aparece un hombre luchando con un león que se identifica con David o Sansón y que simboliza el triunfo del Cristianismo sobre los infieles.

Los lados cortos están esculpidos con grifos afrontados y con un crismón con el cordero de Dios, una iconografía muy vinculada a la casa real aragonesa.

La decoración del sarcófago es obra de dos escultores distintos (uno más prolijo en los detalles y otro de talla más geométrica), dos estilos que aparecen juntos también en otros monumentos románicos como la Catedral de Jaca, el Monasterio de Santa Cruz de la Serós o la Iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca.