Un gigante ha ido a ver al Ayuntamiento de Zaragoza con la mirada puesta en una de las zonas más codiciadas de la capital por constructores y promotores de vivienda. La Sareb, el propietario mayoritario del área de intervención más extensa de la abvenida Cataluña, la SUZ 55.1, está decidida a ejercer de motor para su desarrollo a corto plazo. Su necesidad de desprenderse de todas las propiedades que tiene en la ciudad «antes del 2027» le obligaba a mover ficha en una de las zonas más valoradas entre sus activos. Que no las únicas. Y el movimiento promete servir de impulso, por dos circunstancias que son claves: ya están a la venta todos sus terrenos y por un precio muy bajo, y ahora le plantea al consistorio revisar a la baja los costes de urbanización, calculados hace ya muchos años y sobredimensionados, opinan, para los tiempos que corren.

Así que mientras la comercialización sigue su curso, la negociación con la Administración es la que debe facilitar la llegada de compradores para ella, y de promotores para un sector que lleva ya muchos años abandonado a su suerte. O a la de sus dueños, mejor dicho. En ese contexto se enmarcan sus casi 31.000 metros cuadrados de superficie pegados a la avenida Cataluña, en la acera de los números pares y orientado hacia La Jota y el río Gállego.

PROYECTOS SIN TOCAR

En este sentido, según ha podido saber este diario, no se trataría tanto de sacrificar proyectos que ya estaban incluidos en su desarrollo urbanístico, como el vial que en el futuro conectará la avenida de La Jota con la rotonda de la Ronda Este que da a acceso a Movera o a la N-II y que incluía un puente sobre el Gállego. La idea, pasaría más por recalcular los costes de esa urbanización proyectada y con ello, la factura a repartir entre los dueños del suelo. Porque la Sareb tiene más del 50% del mismo, en el más extenso y caro de la avenida Cataluña.

Su oferta en el mercado es de las mejores. Dispone de más de 25.000 metros cuadrados de terreno para construir vivienda libre, en un global de 55.000 metros edificables, lo que hace un cómputo de unos 550 pisos. Otra parcela de 3.000, ofrecería hasta 7.000 para crear otros 70, pero en este caso, de vivienda protegida. Así, sus activos ya puestos a la venta suponen la posibilidad de crear en este entorno más de 600 viviendas, de las cuales el 88% podrían ser libres.

A esta superficie se sumarían, también dentro del sector 55.1, los más de 2.000 metros cuadrados de usos terciarios, que alcanzarían los 10.000 edificables. Según el mapa del sector, estos además se localizarían pegados al eje de la avenida Cataluña.

Con este cartel y con un precio de venta estimado para todos los suelos residenciales que, tal y como adelantó este diario, superan los 5 millones de euros, lo único que le falta es solventar el principal escollo que tienen estos terrenos: las cargas urbanísticas que tienen. En este sentido, la Sareb no es el único propietario de suelo con ese mismo deseo. Lo que pasa es que, en su caso, el denominado banco malo, que fue quedándose con muchas de las propiedades que otros antes tenían y que quebraron ahogados por los impagos, siempre es un motor de carácter público. Y que no persigue, a la vista del precio que pone a sus terrenos, un beneficio cuantioso sino una liquidación digna en el plazo de diez años.

No obstante, no es el único sector donde quiere emprender esta misma estrategia. Zonas como los suelos de Aceralia también están en su cartera, pero el contexto es totalmente distinto.