El Ayuntamiento de Zaragoza instó ayer a la empresa Transportes Urbanos de Zaragoza SA (TUZSA) a aumentar los medios para agilizar el cambio de bonobuses que durante los dos últimos días ha obligado a miles de ciudadanos a guardar fila durante una media de quince minutos. Según el concejal de Movilidad Urbana, Jesús Sarría, este toque de atención a la empresa adjudicataria es todo cuanto puede hacerse desde el consistorio para reducir las colas en las oficinas de cambio.

"TUZSA es la que decide cuántos puntos de atención al ciudadano se habilitan y dónde se venden los abonos, ahí el ayuntamiento no puede decir nada", aseguró el edil socialista. Pese a que durante la mañana de ayer defendía el buen funcionamiento del servicio en comparación con años anteriores (en el 2003 el tiempo de espera llegó a superar los 40 minutos, mientras que en esta ocasión se ha reducido a la mitad, según sus datos), conforme fue avanzando la jornada modificó sorprendentemente su actitud y lanzó una advertencia a la empresa concesionaria del servicio.

El gerente de esta compañía, Antonio González, replicó que este año se ha habilitado un nuevo punto de venta en el Centro de Independencia (el Caracol ), que se suma al tradicional de Gran Vía y al de la Glorieta de Sasera. Además, se ha pasado de cuatro a diez trabajadores para atender a los ciudadanos. "El lunes fue el primer día que se abrían las taquillas y es normal que se registren filas. Aunque el plazo para cambiar los bonobuses se alarga hasta finales de febrero siempre ocurre lo mismo, en los cinco primeros días se producen el 50% de los canjes", explicó.

NUEVOS PUNTOS Una de las quejas más repetidas por los ciudadanos que ayer hicieron fila ante las taquillas de TUZSA fue la de la escasez de puntos para canjear abonos. "No entiendo por qué no podemos cambiarlos en el mismo sitio en el que los compramos: estancos, bancos... Se ganaría en agilidad", protestó una de las usuarias del transporte.

Esta opción fue descartada por el gerente de TUZSA por los "graves inconvenientes" que causaría a los trabajadores de cajas y estancos. "Los bancos se niegan en redondo porque se colapsarían sus ventanillas y lo mismo ocurre con los propietarios de los estancos, a estos últimos ni siquiera se lo hemos planteado porque entendemos que se entorpecería demasiado su actividad de venta", explicó.

Antonio González restó importancia a las filas registradas durante los últimos días y subrayó el hecho de que en los dos primeros días de cambio de los abonos "nadie haya presentado una sola reclamación por la espera". "En dos días se han canjeado 30.000 abonos, el mismo número de abonados que tiene el Real Zaragoza, si esto no es agilidad... Lo importante es que las colas de una hora ya no existen", dijo.