La localidad turolense de Sarrión, la capital española de la trufa negra (tuber melanosporum), ha echado hoy el cierre a su feria anual Fitruf, una cita que marca el inicio de la campaña de recogida de este apreciado hongo que se paga a unos 700 euros el kilo.

Fitruf es una de las citas europeas más importantes del sector y convoca cada año a las principales empresas y productores españoles vinculados a la truficultura, ha dicho a Efe el presidente de la feria, Joaquín Doñate.

La feria, en la que se presentan las técnicas más importantes en el cultivo de la trufa, ha atraído a unos 22.000 visitantes durante los tres días en que se han desarrollado las numerosas actividades programadas en torno a la trufa.

Degustaciones gastronómicas, búsqueda del hongo con perro o jabalíes, exhibiciones, concursos de la trufa más grande y de mayor calidad y subastas, cuya recaudación ha sido este año destinada a la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer.

Este año la ganadora ha sido "una trufa muy bonita y muy buena" por la que se han pagado 700 euros, ha destacado Doñate, quien ha avanzado que la campaña de este año, que se puede prolongar hasta mediados de abril de 2015, se presenta con mucha incertidumbre.

"Este es un cultivo que crece bajo tierra y no sabemos cuantas trufas puede haber", ha advertido Dopñate, que muestra muy precavido sobre la expectativas de cosecha.

La falta de lluvia impide hacer un cálculo sobre los kilos que se pueden recoger y mientras el productor que haya regado en el momento oportuno podrá obtener una buena cosecha no ocurrirá lo mismo con el que no lo haya hecho. "Y el que no haya regado, nada", ha dicho tajante.

El frío de estos días es bueno para la excepcionalidad de la trufa pero la campaña va ser rara a causa de la larga sequía que ha afectado a los municipios truferos de la provincia de Teruel, donde se cosecha la mayor parte de la trufa negra en España, ha destacado al presidente de Fitruf.

En la feria, se han vendido unos cien kilos de trufa fresca a un precio de unos 700 euros el kilo, en piezas de una gran calidad que oscilan desde los siete gramos a los cuatrocientos, según Doñate.

En la campaña pasada se recogieron en España más de 30 toneladas de trufas, el 90 por ciento en la provincia de Teruel, donde se cultivan unas 6.000 hectáreas, de las que 3.000 están en plena producción.

Sarrión es la capital de la trufa y junto a los municipios limítrofes concentra una de las "manchas truferas" más importantes de Europa, que atrae a los principales consumidores del continente como son los franceses e italianos.

A la feria, que según Doñate es "el punto de encuentro de la truficultura de toda Europa", han asistido este año delegaciones de Francia, Italia, Nueza Zelanda, Argentina o Chile, entre otros, además de numerosos visitantes de las comunidades españolas.

La trufa también tiene estos días otra cita en Aragón, el séptimo mercado de la trufa fresca de Graus, en la provincia de Huesca, donde se cultivan otras 1.300 hectáreas de este hongo, que supone una alternativa a los cultivos tradicionales en las tierras frías.

El precio del kilo ha rondado este año los 400 euros, una tendencia que, según han destacado medios locales, se espera se mantenga para toda la campaña.