La fábrica zaragozana de Schindler, que está previsto que cierre a finales de este año por la deslocalización de la producción a Eslovaquia, también sufrirá un expediente regulación temporal de empleo (ERTE), que se sumará al ERE de extinción ya aprobado hace un mes para el despido de 119 trabajadores. Así lo ha decidido la compañía de ascensores, que aplicará este ajuste laboral por causas productivas a toda su plantilla en España debido a las afecciones que la pandemia provocada por el covid-19 está generando en su actividad industrial, económica y laboral.

Hasta este semana, Schindler era de las pocas fábricas que mantenían su actividad entre las grandes industrias aragonesas, que mayoritariamente han optado por cesar su producción por el coronavirus. El caso era singular al tratarse de una planta que la compañía suiza había condenado a su clausura, que se hará efectiva en noviembre.