El catedrático emérito de Química Inorgánica de la Universidad de Zaragoza, Luis Oro, ha hecho historia en Reino Unido al convertirse en el primer científico no británico al que la Real Sociedad Química de Inglaterra, la más antigua del mundo, otorga el premio Lord Lewis. De este modo, Oro, Aragonés del año en el 2010 para EL PERIÓDICO DE ARAGÓN y uno de los científicos aragoneses de mayor prestigio en la comunidad internacional, continúa acumulando distinciones, entre las que destacan el Premio Solvay (1989), el Premio de Investigación Humboldt (1995), el Premio Rey Jaime I (1999), el Premio Aragón de 2001, la Medalla Sacconi (2003), la Medalla de Oro de Zaragoza (2007), el Premio a la Investigación y Medalla de la Sociedad Española de Química de 2007 y el Premio Nacional de Investigación en Quí- mica de 2007. -Acumula galardones, premios y reconocimientos.

-¿Qué tiene este de especial?

Uno se va haciendo mayor y estas son las consecuencias. Aunque reconozco que este galardón es especial porque tiene el nombre de un químico inglés con el que trabajé en los años 70 y que me inició en la investigación. A esta persona la nombraron responsable de ciencia y medio ambiente de la Cámara de los Lores y he aprendido muchísimo de él. Murió hace unos años dejando la impronta de haber sido un referente y uno de los grandes químicos del siglo pasado. Me atrajo y me acercó a las fronteras del conocimiento y para mí es una satisfacción muy grande. Los de mi generación tuvimos que salir fuera a aprender pero, afortunadamente, nuestra universidad y nuestra investigación han progresado y ahora vienen de países importantes a trabajar con nosotros.

-¿Cómo reaccionó cuando supo que era el elegido?

Me lo dijeron a través de un mensaje que decía que iba a ser uno de los premiados. Pero hasta que no estuvieran fallados todos ellos no se podía decir nada y estuvo todo sometido a embargo hasta el pasado martes. Ahora me van a dar una medalla y tendré que impartir una conferencia pero no sé cuándo. Será, eso sí, en Londres.

-¿Qué le queda por conseguir?

Sinceramente, con este reconocimiento ya me siento plenamente satisfecho. Siempre es agradable recibir distinciones, pero creo que ya he cumplido con creces y que se ha sido demasiado generoso conmigo. Se me ha reconocido muy por encima de mis méritos y hay mucha gente muy buena de este país que está haciendo cosas muy importantes.

-Y en Aragón. Decía Alberto Jiménez Schuhmacher, distinguido como Aragonés del año por EL PERIÓDICO, que esta tierra es imán de talento.

-Hay talento. Mucho talento. Estuve en la gala y me impresionó mucho Alberto y la fuerza con la que dijo las cosas. Viene una generación tremenda, pero la crisis ha maltratado demasiado a la ciencia y nuestros investigadores han sufrido serias dificultades. Espero que cambie pronto.

-¿Aún no se atisban brotes verdes?

No estamos bien. Creo que la situación se ha estabilizado. La macroeconomía ha crecido, pero el sector de la investigación no ha mejorado. Los presupuestos son los que son y hay mucha presión. Insisto en que espero que reaccionen. Me quedo con las palabras del presidente de la comunidad, Javier Lambán, en la gala del martes, donde recogió el guante lanzado por Alberto.

-¿Tan tremenda ha sido la fuga de cerebros?

Lo ha sido, sí. Hay miles de personas trabajando fuera y algunos en situación permanente. Son, en muchos casos, excelentes científicos en torno a los 40 años, que han salido principalmente a otro país europeo porque aquí no hemos sido capaces de ofrecerles una plaza como merecen. Muchos de ellos se han instalado ya y es difícil que puedan volver, pero no soy negativo y también es bueno que haya gente así en universidades punteras, aunque creo que estamos perdiendo demasiada gente buena.

-¿Y la química? ¿Hacia dónde va? El otro día decía que estamos en una etapa de química verde….

-La química ha cambiado. Cuando yo era estudiante se me quedó grabado que éramos 2.500 millones de personas en el mundo y ahora hemos pasado ya de 7.000. Ha mejorado la calidad de vida y eso requiere de productos cuya fabricación genera residuos. Se trata de evitar eso y de ser amables con el medio ambiente. Y hay una aproximación de la química que se refiere a generar menos residuos. Por ejemplo, el ibuprofeno. Antes se elaboraba haciendo varias transformaciones que generaban un 60% de residuos. Ahora se hace a través de dos pasos catalíticos y los residuos son del 1%. Así, se hace un producto más barato, sin residuos y en un proceso más sencillo. La sociedad demanda productos sin alterar el medio ambiente y aquella química de chimeneas que polucionaban de antaño está desapareciendo.

-¿Cuál es el reto más inmediato de la química?

-Donde, seguramente, tendremos mayores y más positivas sorpresas será en el feliz encuentro entre la química y la salud. Es la ciencia de la vida, que cada día es más importante. La química es ruptura y formación de nuevos enlaces y las ciencias de la vida cada vez se acercan más a ese entendimiento de los enlaces que es la química en sí. Gran parte del progreso en la salud se debe a la contribución de la química.