El sector taurino aragonés, que agrupa a medio centenar de empresas, confía en que los festejos taurinos populares de este verano mantengan el esperanzador crecimiento que experimentaron el año pasado, cuando su número aumentó un 5,5%. Actividades como las vaquillas, las capeas y los encierros sumaron un total de 1.052 festejos en el 2013, rompiendo una tendencia a la baja que había empezado en el 2007, tal y como recogen los datos de la Comisión Consultiva de Asuntos Taurinos.

Estas cifras positivas contrastan con las que presentan los denominados festejos mayores, como las corridas, que no paran de bajar desde el 2003, hasta arrojar resultados como los del 2013, cuando se celebraron solo 53, nueve menos que un año antes.

Con todo, el sector taurino constituye un importante puntal económico, y no solo porque implica a compañías de seguros, ganaderos, veterinarios, transportistas y muchos otros gremios. En dineros contantes y sonantes se sabe, según estudio de la Universidad de Zaragoza, que solo en la provincia de Zaragoza los eventos en torno al toro generan un impacto económico anual cifrado en más de 12 millones de euros.

«Se puede decir que ahora el sector taurino aragonés goza de buena salud», asegura Félix Ozcoz, que junto a su hermano Sergio regenta una ganadería de reses bravas en los términos de Osera y Fuentes de Ebro. «Tras unos años malos, se ha notado una mejoría sustancial a partir del 2012, gracias a que los consistorios han saneado sus finanzas y ahora contratan los servicios taurinos que pueden costear », añade.

«La crisis afecta a todos los sectores, qué duda cabe, pero las vaquillas se mantienen», apunta Alberto Floría, responsable de la gestoría taurina La Capilla, que subraya que las restricciones presupuestarias de los municipios aragoneses han llevado a muchos a dedicar menos recursos en los festejos. «Algunos pueblos donde se celebraban novilladas, por ejemplo, han pasado a otras actividades del mundo del toro de menor precio», explica.

Con todo, la crisis tiene tope. Se reduce el gasto de los ayuntamientos, pero si no se celebra una corrida se busca una alternativa más asequible, como los concursos de recortadores con anillas o los toros ensogados. «No en vano, Aragón es la quinta comunidad española con mayor número de festejos taurinos», añade Floría.

Además, también se puede reducir el número de días o sesiones en que se sueltan vaquillas, una medida que aplican muchos pueblos aragoneses.

Esta posibilidad de optar por espectáculos menos caros o de menor duración explica que el año pasado Aragón rebasara los mil festejos populares, siendo que en el 2012 no se alcanzó ese número, pues fueron en total 997.

5.500 EUROS REALES

«Bastante hacemos con mantenernos», afirma e l ganadero J e s ú s Marcén, que posee una explotación de reses bravas en El Temple. «Cada año aumentan más los gastos y los ingresos son los mismos o menos», explicó.

En su opinión, la causa de esta situación es la «parafernalia» que rodea a los espectáculos taurinos, que están regulados por una normativa muy estricta en materia de sanidad y seguridad, por no hablar de la burocracia y los permisos administrativos. «El ganado es lo más barato, si se mira bien», resumió.

Marcén indica que los gastos en ambulancia, director de lidia, transporte, instalación de barreras y servicio veterinario suponen una gran parte del coste de las actividades relacionadas con el mundo del toro. De manera que el gasto total por una jornada de vaquillas en cualquier pueblo de Aragón puede ascender a unos 5.500 euros, según fuentes del propio sector taurino.