Con un año de retraso, ayer se puso en servicio la segunda fase de la variante de Ejea, que completa esta infraestructura en la capital cincovillesa. Va a permitir la mejora de la seguridad vial y evita ya el tránsito de vehículos pesados por el núcleo urbano.

La inversión de esta fase ha sido de casi cinco millones de euros y son cuatro kilómetros que conectan definitivamente las carreteras A-127 y a A-125. La demora ha estado motivada por la necesidad de realizar varias modificaciones en el proyecto para efectuar obras de reposición de caminos agrícolas y sistemas de riego.

El consejero de Obras Públicas del Gobierno de Aragón, Rafael Fernández de Alarcón, y el alcalde de Ejea, Javier Lambán, participaron en el acto de apertura de este tramo, en la nueva rotonda de Rivas. Fernández de Alarcón destacó la importancia para las Cinco Villas la mejora de las comunicaciones con Huesca y Navarra, y la mejora de la seguridad de las industrias de Ejea.

Para Lambán, esta nueva infraestructura "es un paso importante", ya que el paseo del Muro y la calle Joaquín Costa dejarán de ser travesías, y además "significará situar al polígono industrial de Valdeferrín en el auténtico centro económico del municipio".

En este acto también participaron concejales de Ejea y alcaldes y ediles de otros pueblos de la comarca, como Mariano Abad, alcalde de Biota, quien señaló que el cambio va a ser "importante" para el transporte de pienso, ganado y herramienta pesada.

La variante completa ha estado casi ocho años en obras, con una inversión de 10 millones de euros. La primera fase se inauguró en mayo del 2009. El desdoblamiento de la A-127 entre Gallur y Ejea, en cambio, queda para el año 2020 como fecha para poder iniciar su construcción, según Fernández de Alarcón.