El paseo Independencia, la calle Alfonso y la plaza del Pilar dieron paso al cementerio de Torrero de Zaragoza para la segunda ofrenda de flores de la ciudad. Casi 400.000 personas se han acercado durante estos días a visitar las tumbas y nichos de sus familiares, sobre todo, a lo largo del día de ayer. Todos los Santos es una cita especial para recordar a todos aquellos que no están y acudir al lugar donde yacen, limpiar las lápidas y depositar flores.

Óscar Lerios se encontraba ayer con su familia en el cementerio para recordar a su padre y a sus abuelos y convertir este día en una reunión familiar. «Este año hemos venido por casualidad porque nosotros preferimos venir en fechas más señaladas, como el aniversario de cuando los perdimos o para rememorar sus cumpleaños», apuntó.

El concejal de Urbanismo, Pablo Muñoz, también asistió a la cita en el cementerio junto con el portavoz del Partido Popular en Zaragoza, Jorge Azcón. Ambos visitaron las diversas actividades que se llevaron a cabo como el taller de escritura Cementerio de los Miedos o las actuaciones musicales de la Coral de La Salle Montemolín, en el mausoléo Costa, que este año celebra su centenario. También tuvieron tiempo para depositar flores, como en la capilla de Alcalde Sainz de Varanda. Julia Bernardos aprovechó el día de ayer para rememorar a sus allegados. «Siempre vengo hoy para limpiar, traer flores y comprobar que esté todo bien», indicó.

La jornada transcurrió con normalidad con respecto al tráfico a pesar de la gran afluencia, según fuentes del consistorio. Entre los que accedieron en vehículo particular se encontraban Óscar Marquina y María José Cosculluela, que fueron en moto «para ir más rápido, aunque no ha costado nada llegar». Además, los autobuses de refuerzo cumplieron su papel.

Un día en el que los ciudadanos también valoraron positivamente el mantenimiento del camposanto. «Lo único que puedo decir es que se haga un mantenimiento constante», indicó Bernardos. Por su parte, Lerios consideró que este espacio «debería estar abierto 24 horas».

Asimismo, decenas de voluntarios, como José Antonio Pérez y José Antonio Maura, estuvieron al pie del cañón para informar a los ciudadanos sobre las actividades. «La satisfacción personal de ayudar a la sociedad es muy gratificante y notamos que la gente nos devuelve ese cariño», concluyeron.