La Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) se va a encargar de investigar las causas del accidente de la avioneta que el pasado jueves apareció calcinada y sin rastro de su tripulación en una pista de aterrizaje abandonada de la pedanía de Valdecebro, cerca de Teruel.

De momento, el aparato será trasladado al aeródromo de Caudé, muy próximo al lugar del hallazgo, con el fin de que a partir del lunes los técnicos de AESA puedan estudiar los restos del fuselaje y de las alas.

De momento, se barajan varias hipótesis sobre la misteriosa avioneta, de la que no consta que siguiera ningún plan de vuelto, tal y como obligan las normas de la aviación comercial. De hecho, no se da por hecho que se prendiera fuego tras enredarse en una sirga que limita la pista de aterrizaje y se estudia la posibilidad de que sus ocupantes la incendiaran deliberadamente antes de darse a la fuga campo a través.

En este sentido, se investigará si entre los restos quemados de la carcasa aparecen sustancias para acelerar la combustión. También se están examinando unas rodadas descubiertas cerca del lugar donde fue hallada casualmente la avioneta por un encargado de un coto de caza situado en esa pedanía turolense.

Al principio se pensó que estas marcas en la tierra podían ser de las ruedas de un coche, pero tras un estudio más concienzudo se ha llegado a la conclusión de que pueden ser del tren de aterrizaje de la aeronave.

Por otro lado, se están realizando gestiones para determinar si la matrícula del aparato, todavía parcialmente visible en el fuselaje, es realmente el que le corresponde o si ha sido modificado de alguna forma.

Los datos de que se dispone de momento hacen pensar que el aparato transportaba alguna sustancias prohibida, seguramente droga, y que, por una causa desconocida se vio obligada a realizar un aterrizaje de emergencia en pleno vuelo.