La economía española se reenganchó en el mes de febrero a la senda de la creación de empleo y volvió a sumar afiliados a la Seguridad Social, concretamente 69.172 personas respecto al mes anterior. Las cifras muestran que los 204.865 puestos de trabajo perdidos en enero fueron un paréntesis, habitual en el primer mes del año dentro de la serie histórica, aunque dejan patrones que se van reproduciendo en los últimos meses y que constatan una pérdida progresiva de la intensidad en la creación de empleo. En febrero aumentó por primera vez el número de parados, concretamente en 3.279 personas, por primera vez en tres años y con el mayor aumento desde el 2013.

La Seguridad Social cerró febrero con su menor alza en este mes desde el 2016 y los ritmos de crecimiento interanuales abandonan por segundo mes consecutivos los incrementos por encima del 3%. Tanto en enero como en febrero fueron del 2,9%, ligeramente por encima del medio millón de personas. Algo que va acorde con la evolución del paro. Este también baja a nivel internanual, con una reducción del 5,2% en febrero, más de dos puntos por debajo del vigor con el que disminuía hace un año.

La acumulación, pese al paréntesis de enero, de meses con creación de ocupación provocan que febrero finalizara con un total de 18.888.368 cotizantes a la Seguridad Social, la cifra más alta en un mes de febrero desde el 2008. Por el otro lado, el número de parados registrados en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) se situó en el segundo mes del año en los 3.289.040 desempleados, de forma que marcó el mayor incremento en un segundo mes del año desde 2013.

El secreterio de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, rechazó ayer durante la rueda de prensa de valoración de los resultados que esa pérdida de vigor del crecimiento de la ocupación sea síntoma de desaceleración de la economía, sino que la calificó de «moderación del crecimiento». También negó que la reciente subida del salario mínimo interprofesional (SMI) haya tenido un impacto negativo de manera significativa sobre la afiliación, dado que sectores como el comercio o la hostelería, donde el SMI abunda, no están acusando un peor comportamiento.

Por sectores, la construcción fue la rama de actividad económica que registró un mayor incremento, con un aumento del 3,1%, lo que en términos absolutos se traduce en 25.959 ocupados más. La educación fue el segundo, creciendo al 2,2%, es decir, en 20.757 personas. El nuevo empleo se repartió practicamente a partes iguales entre hombres y mujeres, aumentando en el 2,8% entre los primeros y en el 3% entre las segundas.