Mientras el Gobierno de Aragón prepara modificaciones en los planes de reciclaje, la gestión de residuos tendrá también protagonismo en la reunión bilateral que, dentro de una semana, mantendrá con el Ayuntamiento de Zaragoza. Concretamente abordarán el sellado pendiente del vertedero de Torrecilla de Valmadrid (contiguo al de residuos peligrosos actual), que debería estar hecha desde el 2018 pero que permanece sin acabar por una disparidad de criterios.

El proyecto tenía un presupuesto total de 27,8 millones de euros de los que, según el convenio firmado en el 2014, 14,5 correspondían al consistorio zaragozano (más otros 2 que financió la Diputación Provincial de Zaragoza), y otros 11,3 al Gobierno de Aragón, para una segunda fase que es la que está sin ejecutar.

El desencuentro nació cuando el consistorio, según fuentes municipales, se disponía a licitar esta segunda fase y se encontró con que no había partida en los presupuestos del Gobierno de Aragón habilitada para este fin. Ante la posibilidad de que tuviese que adelantar el dinero, el ayuntamiento no acometió la licitación y pidió al Ejecutivo autonómico que reservase los fondos, pero este sostuvo (y sostiene, a falta de lo que depare la reunión) que no puede hacerlo hasta que no se cumpla el procedimiento y tenga algo tangible que abonar. Además, según el convenio el pago se realiza contra certificación, es decir, una vez ejecutada la obra.

Así, el vertedero permanece a medio sellar, aunque en él, aclararon fuentes del ayuntamiento, solo hay residuos convencionales e industriales no peligrosos, como puedan ser restos de obra. Sin contar esta antigua instalación, la de residuos industriales peligrosos y la de no peligrosos (gestionada por Rinza, en la misma zona), Aragón cuenta con ocho vertederos autorizados para residuos urbanos, correspondientes a otros tantos consorcios de gestión.

Así, el de Zaragoza capital, el Centro de Tratamiento y Reciclaje de Residuos Urbanos de Zaragoza (CTRUZ), está en el Parque Tecnológico del Reciclado. Aparte de él, el resto se ubican en Huesca, Barbastro, Fraga, Ejea de los Caballeros, Calatayud, Alcañiz y Teruel. A ellos se suman el vertedero de residuos industriales no peligrosos de Sabiñánigo y los que mantienen, en régimen de autogestión, Endesa en Andorra e Idalsa en Pradilla.

En estos momentos se está ultimando el plan Ecoprovincia de la Diputación de Zaragoza para trasladar los residuos para su reciclaje al CTRUZ, el único con capacidad para gestionarlos, mediante la construcción de estaciones intermedias de prensado. Se ha licitado la construcción de la planta de transferencia de La Almunia, pendiente de adjudicar, se va a sacar a concurso de forma inminente las de Ejea y Quinto, y las de Calatayud y Alagón lo harán a continuación. En la de Borja se remodelará la ya existente, indicaron fuentes de la DPZ.

Lo que sí quiere cambiar la DGA es el modelo de reciclaje en origen, basado en experiencias que funcionan como el puerta a puerta del Matarraña o la separación de orgánica de Huesca.