Marzo es el mes del Cautivo y en toda España esta imagen pasional es venerada. En Zaragoza, fieles a la tradición, la Cofradía de la Esclavitud de Jesús Nazareno y Conversión de Santa María Magdalena ha organizado un triduo muy especial marcado por las restricciones del covid-19.

Es ya el segundo año que el virus trastoca los planes de esta hermandad que tiene uno de los titulares con más devoción popular de la ciudad en una talla anónima del siglo XVII que se venera los 365 días del año en la iglesia de San Miguel de los Navarros. El pasado año, el 6 de marzo empezaban su triduo en un momento que todavía el coronavirus no se había extendido en forma de pandemia, pero ya vieron trastocados sus planes después de que el Arzobispado de Zaragoza suprimiera los besapiés, el agua bendita y hasta besar la columna del Pilar para evitar contagios. Tuvieron que improvisar y pedir a la ciudadanía que mostraran su cariño al Nazareno con un gesto de respeto. La historia se repite este año, aunque ya con mascarilla obligatoria.

En un altar muy sencillo, el titular de la hermandad ha sido colocado por la priostía a los pies de su emplazamiento habitual, aunque sobre una peana de plata que estrena. Luce una túnica de terciopelo morado sobre la que resalta su escapulario anudado al cuello y la corona de espinas sobre sus sienes. Para evitar que los fieles besen los pies de la talla o la toquen, la hermandad ha dispuesto un exorno floral que marca la distancia social necesaria para cumplir con las restricciones sanitarias.

El triduo durará hasta el domingo y este sábado, a las 20.00 horas, se celebrará una eucaristía presidida por el capellán del Hospital Miguel Servet, Roberto Aguado, en la que los protagonistas serán los sanitarios que siguen estando en primera línea frente al covid. Al finalizar, bendición e imposición de Escapularios a los nuevos Cofrades.