Una profesora de Lengua gallega que necesita traducir una frase al aragonés. Un individuo anónimo que insulta y amenaza a los que defienden el trasvase del Ebro. O casi 800 correos en dos semanas defenfiendo la investigación con células madre. Son algunos de los mensajes llegados al servidor del Congreso de los Diputados, a las direcciones de parlamentarios aragoneses, que han hecho de este instrumento una de sus mejores herramientas, pero que ven cómo a veces los mensajes rozan el surrealismo .

Este peculiar anecdotario podría encabezarlo José Antonio Labordeta (CHA). Su condición de diputado y su faceta de cantautor se mezclan en el correo. Especialmente llamativo fue el caso de un argentino que escribió a su señoría para explicarle que lo paran constantemente por la calle para felicitarlo por su trabajo en el Congreso.

Decía el mensaje que al llegar a España, el argentino vio cómo ciudadanos anónimos le daban ánimos en su tarea legislativa. Aclaró la confusión y supo quién era Labordeta, así que le escribió para contarle que tiene un doble y para proponerle un encuentro.

Así que Labordeta tiene un doble argentino. Y muchos fans en Chile. Uno de ellos, hijo de exiliados españoles, le contó por correo que en un viaje a España lo escuchó cantar y que ahora ha oído que va a editarse una recopilación de sus temas, por lo que le pide que lo avise para poder comprarlo.

Suma y sigue. Una profesora de Lengua de Lugo organizaba una exposición sobre El Quijote y había traducido un pequeño texto a 17 lenguas, pero no encontraba a quien le diera la versión en aragonés. Se le ocurrió que Labordeta podía echarle una mano vía e-mail.

Son algunos ejemplos del largo anecdotario del diputado, cuyo correo se ve también inundado de cientos de datos, intercambios de información y peticiones de ayuda.

Como les sucede al resto de los parlamentarios, cuya dirección puede conseguirse directamente desde la página web del Congreso. Angel Pintado, del PP, recuerda que cuando le tocó el debate sobre la investigación con células madre recibió en dos semanas 800 correos, casi todos de partidarios de estas actuaciones. "Me hice una base de datos con información para poder enviársela a los interesados, gente de toda España y también de Sudamérica", explica el popular.

También recuerda una ocasión en que escribió en un diario nacional un artículo a favor de ayudar a las mujeres que no abortaran. Le envió un correo electrónico una mujer explicándole su caso, hablándole de su decisión de no abortar y contándole cómo es su hija. "Me metió en su vida y me emocionó", comenta.

José María Becana, del PSOE, apunta que los aragoneses se animan poco a reclamar mediante el e-mail a sus señorías. Pero subraya que hay otras comunidades más adictas al correo. Valencianos y catalanes enviaron muchos mensajes con la polémica de la lengua. Becana todavía mantiene dos direcciones, la del Congreso y la de las Cortes de Aragón, donde era diputado hasta hace unos meses. "Estoy en situación de empate técnico --bromea--. Me escriben a las dos direcciones y las mantengo hasta que la gente se acostumbre".

Aguantar el chaparrón

El también popular Ramón Moreno Bustos sonríe al hablar de los "400 mensajes de turcos apoyando la entrada de Turquía en la Unión Europea". Su correo pasó por malos momentos en plena efervescencia del trasvase del Ebro. "Recibí amenazas e insultos", asegura. Pero continúa: "Eso entra en el contrato, aunque te dé rabia ver que no se entienden las cosas". También le llegaron textos que lo animaban a seguir adelante.

Moreno Bustos evoca un e-mail que recibió dirigido, sin que le haya encontrado explicación, a Labordeta, con datos para argumentar contra el trasvase. "Le respondí a su autor dándole las gracias, asegurándole que le reenviaría el correo a Labordeta y deseándole que su postura no llegara a buen puerto", dice entre risas.

Pero esto son sólo las curiosidades. Como la de que ahora sus señorías pueden enviar por correo electrónico la misma felicitación navideña que el Congreso les ha facilitado en papel.

Lo cierto es que esta herramienta es muy útil y permite, también, conocer en buena medida el pulso de la calle. Se toman la molestia de contestar todos los correos en los que pueden echar una mano o de remitir a quien se dirigió a ellos al lugar adecuado. Y sólo se quitan de encima sin contemplaciones los mensajes-basura.