Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil investigan la muerte de la osa Sarousse a causa de los disparos de un cazador que participaba ayer tarde en una batida de jabalíes en el valle de Bardají, en el Pirineo aragonés.

Así lo ha confirmado a Efe el teniente jefe del Seprona en Huesca, Rubén González, quien ha incidido en la necesidad de analizar los datos de la necropsia hecha hoy a la osa así como los testimonios del cazador que le abatió y al resto de cazadores que tomaban parte en la batida.

Según informó el Gobierno aragonés poco después de producirse la muerte de la osa, el autor de los disparos relató a los agentes desplazados a la zona que el animal le sorprendió de repente en su mismo camino y continuó hacia él a pesar de los gritos dados para asustarle.

Detalló, además, que tuvo que efectuar varios disparos para protegerse de un posible ataque.

Este testimonio fue corroborado por los compañeros de batida del cazador, que aseguraron que los perros utilizados para la saca de los jabalíes pudieron provocar que la osa tratara de huir por el camino donde se encontraba el autor de los disparos.

El jefe del Seprona ha rechazado dar detalles de la investigación, de la que se encarga el Juzgado de Instrucción de Boltaña, a la espera de que se produzca el análisis de toda la información.

Mientras tanto, el cazador que abatió a Sarousse, liberada en Francia en 2006 pero asentada finalmente en el macizo del Turbón, en el Pirineo aragonés, permanece a disposición de la juez en calidad de investigado.

Según los técnicos del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno aragonés, Sarousse vivía aislada del resto de la población de osos y ocasionalmente provocaba ataques a rebaños y colmenas, y no había llegado a procrear.

Estos hechos se producen unos días después de producirse la detención de un agente del Medio Ambiente en Cataluña en relación a la muerte, el pasado mes de abril, de Cachou, un macho que apareció muerto despeñado en el valle de Arán.

Tras hacerse pública la noticia de la muerte de Sarousse y de otro ejemplar de la especie en el Parque Natural de la Montaña Palentina, la Fundación Oso Pardo se han dirigido a las fiscalías de Aragón y de Castilla y León para que ordenen el inicio urgente de diligencias de investigación a fin de aclarar los hechos y dilucidar la posible existencia de responsabilidades penales.

En un comunicado, esta organización admite la existencia de voces que reclaman la prohibición de la caza en zonas oseras, pero advierten a este respecto que "no es un escenario realista debido a la extensa área, de miles de kilómetros cuadrados, por la que se distribuye la especie actualmente".

Por otra parte, la organización agraria UAGA-COAG ha lamentado hoy el "incidente" registrado durante la batida de caza que se saldó con la muerte de Sarousse, pero han recordado al tiempo que la batida estaba autorizada.

Destacan sus responsables que la amplia población de jabalí que habita en el valle de Bardají no sólo arrasan con praderas y pastos de aprovechamiento ganadero, sino que provocan numerosos accidentes de tráfico.

UAGA, que pide no criminalizar a los cazadores por este incidente "a la espera de que la investigación demuestre que la muerte de Sarousse fue un acto involuntario del cazador, que actuó en defensa propia", llama la atención sobre la desprotección que sufren los habitantes de estas zonas, "sobre todo de los ganaderos de ovino y vacuno que suben al puerto con sus animales".

"¿Qué hubiera ocurrido -se pregunta la organización agraria- si en lugar de un cazador, Sarousse hubiera sorprendido a un ganadero o a unos excursionistas".