La Guardia Civil ha vuelto a dar otro golpe a la pesca furtiva en el mar de Aragón, que desde hace varios años se ve afectado por un grave problema de capturas ilegales. A primera hora del pasado domingo, los agentes de la Benemérita interceptaron nuevamente a un grupo de furtivos en la zona conocida como Ceiton.

En esta ocasión, gracias a la rápida intervención de la Guardia Civil el daño ecológico ha sido menor: 20 carpines y 9 luciopercas, a lo que hay que sumar todo el material requisado, desde redes ilegales y cañas hasta una barca con motor, según señalaron ayer fuentes de la Sociedad Deportiva de Pesca de Caspe, que celebraron la operación del Seprona.

"Hay que actuar con contundencia", manifestó ayer Luisa Serra, presidenta de los pescadores locales, que mantiene que el furtivismo atenta gravemente contra un recurso que constituye un auténtico motor económico del Bajo Aragón.

Esta actuación de la Guardia Civil es de menor alcance que las dos anteriores, en que los agentes intervinieron numerosos ejemplares de siluro que iban destinados a la exportación. Sin embargo, para Serra constituye una demostración de que la vigilancia permanente de las aguas del mar de Aragón acaba dando sus frutos.

La situación es de una extrema gravedad, pues año tras año baja el peso de las especies, así como su número. El Gobierno de Aragón se propone crear un coto para controlar el acceso al embalse. Pero, en opinión de los pescadores, este cambio legal no será efectivo si antes no se ponen en marcha mecanismos para vigilar estrechamente los accesos a las aguas donde se pesca.

"No estamos hablando de gente que pesca para comer, por necesidad, sino de grupos organizados que están esquilmando las aguas del mar de Aragón", apuntó la presidenta de la Sociedad Deportiva de Pesca de Caspe, que subrayó que los sospechosos disponen de lanchas motoras, modernas cañas y redes prohibidas para captura "el mayor número posible de peces".

"A este paso", manifestó Serra, "en poco tiempo la pesca se agotará en el embalse y habrá que repoblarlo, un proceso que puede llevar muchos años antes de que se noten sus efectos". De ahí que pida mayor presencia de la Benemérita en la zona.