--¿Cuándo decidió escribir La hora violeta?

--Yo siempre estoy escribiendo, que es mi forma de enfrentarme a la realidad. Pero no tengo conciencia de escribir un libro sobre la enfermedad y luego sobre la muerte de mi hijo. En realidad son desahogos...

--Pero llega un momento en que sí sucede.

--Claro. Es mi mujer la que me lo plantea. Me siento y comienzo a trabajar literariamente. Tiene una estructura, un orden y una forma literaria.

--En la lectura de su libro se ve que tiene dudas...

--Más que dudas es una necesidad de justificar por qué escribo ese libro. Si lo escribiera ahora lo dejaría todo igual salvo en los pasajes en que me autojustifico. La literatura nunca hay que justificarla. Es un acto libre, no obligas a nadie a leer.

--¿Es un libro que puede marcarle para los restos?

--Me ha marcado ya. De la misma forma que la experiencia que me inspira. Me siento obligado a ser un escritor que no me había planteado ser ser...

--¿Con otro tono...?

--Sí, quería ser un escritor más frívolo. Estaba buscando mi voz, y pretendía ser más superficial, pero ha sido la vida la que me ha llevado a los grandes temas.

--Eso le hizo cambiar de tono y de estilo.

--Claro. Y de vida. Sigo creyendo en la necesidad de que la literatura quite capas de solemnidad y que surjan escritores más juguetones, pero yo ya no puedo serlo.

--Y ahora tiene otra obra entre manos.

--Sí, no se puede anticipar mucho y saldrá en septiembre...

--¿Qué autores le han enriquecido?

--¿En general? Yo vengo mucho de Cortázar, del boom, pero también, como mal hijo, que ha asesinado a Cortázar, ya no me reconozco como heredero literario de aquel boom.

--¿Le deslumbró García Márquez?

--No he sido de los grandísimos enamorados. Quizás porque mi madre sí lo era (risas). En su biblioteca estaba el canon de lo que había que leer. Cuando lo disfruté ya no tenía la ingenuidad que hay que tener para dejarte cautivar.

--¿Umbral?

--Para mi libro en concreto es muy importante. Él pasó por lo mismo que pasé yo, por la muerte de un hijo. Pero ya lo consideraba como un maestro antes de Mortal y rosa. Tengo muchas cosas que reprocharle como lector y como padre. Tengo una relación problemática con él.

--¿Dónde firma libros?

--Por la mañana en La casa del libro y por la tarde en Cálamo.