El hospital Miguel Servet de Zaragoza, ante la presión asistencial provocada por la cuarta ola de coronavirus en la comunidad, abrió ayer una nueva unidad de cuidados intensivos (uci) para acoger a más pacientes porque esperan que, en los próximos días, los ingresos continúen al alza.

El espacio, según pudo saber este diario, se sitúa en la planta 2 del hospital y empezó a funcionar con cuatro camas, pero estas se podrán ampliar si fuera necesario. Se trata de una zona vacía, que estaba en buen estado, y que ya fue habilitada como uci en la tercera ola de octubre y noviembre. Entonces llegó a acoger nueve pacientes. La apertura de esta quinta unidad de intensivos (en las otras cuatro hay 12 camas disponibles en cada una) se comunicó ayer al mediodía a la junta de personal y se procedió, al mismo tiempo, a una redistribución de recursos humanos para poder dar asistencia en la misma. «La presión de pacientes covid es muy alta en todo el hospital, pero también tenemos sin covid que requieren de ingreso en uci. Ahora estamos más preparados para reorganizarnos antes e ir más desahogados, pero la situación es complicada», reconocía Luis Callén, gerente del sector sanitario II de Zaragoza.

Al mismo tiempo que se ha abierto esta nueva uci, la dirección del Servet también ha aumentado las camas en la unidad de reanimación anestésica postquirúrgica, conocida como Rea, donde se ha pasado de ocho a diez con el fin de poder ingresar a más pacientes no covid en este espacio. Habitualmente esta unidad cierra los fines de semana, pero ahora se mantendrá una parte abierta los fines de semana, con hasta cuatro camas si es preciso, para poder soportar la presión asistencial.

La cuarta ola ha obligado ya al Servet esta semana a reprogramar alguna operación en horario de tarde, pero la actividad quirúrgica se quiere mantener en la medida de lo posible y eso supone requerir de camas de ingreso para pacientes que no son covid. «La próxima semana es una incógnita, pero de momento vamos abordando la situación con margen. Es cierto que los ingresos iban subiendo lenta pero inexorablemente y el pasado fin de semana fue cuando dimos un salto en la presión», indicó Callén. «Pese a esto y las tres semanas de subida, no estamos mal y las ucis se han defendido muy bien. Los profesionales están haciendo una labor extraordinaria, con un número elevado de altas y mucha agilidad en la gestión de pacientes y de camas para evitar ingresos innecesarios», añadía.

Presión en Urgencias

El gerente, no obstante, aseguró que las hospitalizaciones «van a seguir subiendo», pero apuntó que «indudablemente aún tenemos recursos», señaló Callén. «Con el ritmo de ingresos que llevamos, si no se aceleran más a mediados de la próxima semana, todo irá bien. A partir de ahí, si la incidencia cambia mucho es cuando podríamos tener problemas», alertó.

También en Urgencias se nota la presión asistencial de la cuarta ola. «Está llegando un número muy alto de casos sospechosos de covid y eso se nota. Además, hay un discreto porcentaje en planta que no evoluciona bien y tienen que ser trasladados a la uci», señaló.

En cualquier caso, Callén indicó que ven «una luz al final del túnel» porque el ritmo de la incidencia acumulada parece que se ha amortiguado en Aragón, mientras que la tasa de positividad en el sector II también ha bajado. «Aún habrá más ingresos, pero conforme baje la presión de los contagios también lo hará en los hospitales. Estamos esperanzados con las cifras porque la experiencia de otras olas nos hace saber cómo se mueve la tendencia cuando esto sucede. Eso nos da fuerzas para aguantar y apretar los dientes unos días más hasta que todo pase», indicó Callén.

La reorganización del Servet se une a la de otros centros como el Royo Villanova de Zaragoza, que a principios de semana activó su plan de contingencia para volver a abrir la antigua capilla del hospital como espacio uci con seis camas. De este modo, el centro dispone ahora de 16 camas uci divididas en dos partes: el espacio de intensivos convencional se reserva para pacientes covid, mientras que las habilitadas en la capilla serán para enfermos de otras patologías ajenas al coronavirus.