Aragón se sitúa a la vanguardia del país en última tecnología en Oftalmología con la reciente incorporación de un retinógrafo de última generación capaz de tomar imágenes nunca vistas de la retina. El aparato, cuyo coste supera los 150.000 euros, lleva alrededor de dos meses y medio en funcionamiento en el hospital zaragozano Miguel Servet y ha examinado ya a unos 300 pacientes (alrededor de 15 al día).

Ningún otro centro público de España y apenas unos pocos en todo el continente poseen una tecnología similar, capaz de multiplicar por siete el campo de visión de la retina. Hasta ahora, una retinografía normal permitía ver alrededor de 30 grados, mientras que esta técnica revolucionaria realiza fotografías que, montándolas, permite ampliar este campo hasta los 200 grados, es decir, alcanza zonas hasta ahora inaccesibles de la retina.

La incorporación proporciona un diagnóstico más precoz y preciso y es especialmente relevante para el control de la retina en diabéticos juveniles y para el diagnóstico y seguimiento de tumores intraoculares. Todos ellos se verán beneficiados por un retinógrafo que, desde el Servet, atenderá a pacientes llegados de todo Aragón.

«Permitirá detectar la enfermedad cuando afecta a la retina periférica, que es donde empieza a desarrollarse, así como aportar mucha información para el diagnóstico y seguimiento mediante fotografías de un tumor, ver su aspecto y analizar si sufre variaciones, y darnos pistas sobre cómo actuar», explicó ayer el doctor Luis Pablo Júlvez, jefe de servicio de Oftalmología del Servet.

OTRAS PATOLOGÍAS // Asimismo, también es útil para otras patologías que afectan al área periférica de la retina. Entre ellas, desgarros, desprendimientos de esta membrana, vasculitis o enfermedades congénitas.

Además, con el Clarus 500 (nombre comercial de esta tecnología) no es necesario ni dilatar el ojo y carece de efectos secundarios. De este modo, el paciente apenas sufre molestias más allá de un fogonazo en el ojo en el instante de realizar la foto para llevar a cabo una prueba que apenas dura cinco minutos. Hasta ahora, el tiempo destinado a una retinografía era de aproximadamente media hora, según subrayaron desde el Servet.