Las Urgencias del hospital Miguel Servet de Zaragoza han registrado estos días una saturación del servicio con una presión asistencial que el pasado domingo llegó a los 380 pacientes, una cifra superior a la habitual en las últimas semanas, y que ayer lunes alcanzó las 180 personas durante la jornada de mañana. Así lo confirmaron a este diario fuentes del Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón, quienes precisaron que cinco pacientes fueron derivados al hospital Militar y otro tuvo que ser trasladado al centro San Juan de Dios, ambos en Zaragoza.

El personal sanitario, quien criticó esta «situación agotadora» de saturaciones en las Urgencias, expuso en que, tras varios días de fiesta, «es frecuente» que se den problemas en el servicio. «La gente suele esperar a que pasen las jornadas de descanso para acudir al hospital», incidieron en la necesidad de «una buena educación sanitaria» entre la población para evitar consultas que podrían solucionarse en un centro de salud. «Las campañas desde la consejería de Sanidad son nulas. Falta civismo. En lo que es la parte de Atención Primaria no damos abasto», apuntaron los trabajadores.

De hecho, la DGA ha reconocido en varias ocasiones que el 40% de las urgencias del Servet se podrían evitar.

Crónicos y mayores

Los recientes cambios de temperatura pueden estar detrás de esta última saturación. La mayoría de los pacientes que tuvieron que soportar las demoras del Servet fueron crónicos y personas mayores que requerían atención en las áreas de Medicina Interna, Digestivo o Neumología.

«Hay un exceso de trabajo de todo el personal, tanto sanitario como no sanitario. Asistimos a unas esperas inadmisibles para algunas pruebas complementarias, así como para las consultas al especialista», denunció el personal, quien advirtió de la «pillería» de muchos pacientes que tratan de «atajar» mediante Urgencias sus consultas médicas.

Fuentes del hospital zaragozano precisaron que ayer, al mediodía, ya se estaba «trabajando en el área de altas con fluidez», lo que permitió normalizar la situación por la tarde, cuando la presión asistencial descendió conforme avanzó el día. El centro mantiene abiertas las tres salas de observación para atenciones e ingresos.

Los últimos episodios de saturación en el Servet tuvieron lugar en verano, cuando las altas temperaturas provocaron una mayor afluencia en el servicio y, unido al cierre de camas por el periodo estival, se produjeron ciertos problemas. Desde varios sindicatos se denunció entonces la escasa contratación de personal durante dicho periodo.

Por su parte, también en el hospital Clínico de Zaragoza hubo ayer un «pico» de atenciones. «Lo habitual de cada lunes», según informaron desde el centro, pero no se registraron incidencias. «Todo fluye con absoluta normalidad y no hay esperas, pero sí que hay más gente», matizaron.