Las bacterias están mutando y se hacen cada vez más resistentes a los antibióticos. Ello implica que haya pacientes con infecciones muy difíciles de tratar, por lo que la investigación es clave para saber cuál es el antibiótico eficaz para cada paciente y para cada proceso. La farmacéutica Marta María Gómara Lomero, que ha desarrollado su residencia en el servicio de Microbiología del hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza, ha destacado por un estudio puntero en este ámbito.

La investigación, que ha sido publicada en Journal of Antimimicrobial Chemotherapy, una de las publicaciones científicas más importantes de este campo, confirma el uso de esta técnica para detectar de forma rápida (30 minutos) si unas bacterias son resistentes o no a determinados antibióticos. Esta detección facilita una pronta iniciación del tratamiento correcto, lo que puede tener una repercusión vital en el paciente.

Marta Gómara explica que la técnica está muy desarrollada para la identificación de bacterias. Lo novedoso ha sido aplicar ese procedimiento para la detección rápida y eficaz de mecanismos de resistencia en bacterias que no responden al tratamiento habitual. «Según la gravedad del cuadro clínico, hay que actuar cuanto antes», dice la especialista. «Cuando antes se ponga el tratamiento adecuado, mayor será la posibilidad de recuperación del paciente», concluye.

Gómara ha sido una de las investigadoras principales de un estudio elaborado en colaboración con el complejo hospitalario Universitario A Coruña.

El estudio le ha valido el premio Final de Residencia 2017 del Servet, galardón compartido con una investigación desarrollada por la oftalmóloga María Jesús Rodrigo Sanjuán titulada Correlación de la disfunción visual y los cambios estructurales de la retina en pacientes con esclerosis múltiple, publicado en la revista Plos One.

El trabajo forma parte de una serie de investigaciones desarrolladas ya desde hace años por los servicios de Neurología, Neurofisiología y Oftalmología del Servet sobre la función visual en pacientes con enfermedades neurodegenerativas: alzhéimer, párkinson y esclerosis múltiple. Es sobre esta última patología sobre la que versa este último estudio premiado.