Hace más de una década, el hospital Miguel Servet de Zaragoza apostó por un macropoyecto de remodelación sanitaria que tenía como fin la consecución de un salto a la modernidad. Y lo consiguió. Nuevos espacios, más edificios, ampliación de servicios y la instalación de alta tecnología se entremezclaron durante años para dotar a este centro referente en Aragón de unas estructuras sanitarias acordes al siglo XXI.

Esa reforma progresiva incluyó, entre otras cosas, la remodelación completa del hospital de Rehabilitación y de la zona de Traumatología y Quemados, el espacio multifuncional de ucis; el bloque quirúrgico, las urgencias o las nuevas Consultas Externas. Precisamente, estas últimas se estrenaron en el 2008, el año en el que Zaragoza se proyectó al mundo a través de la Expo, y pasaron a ser uno de los pilares de la atención asistencial del Salud.

Ubicadas en la calle Padre Arrupe (frente al colegio Jesuitas), el edificio de Consultas Externas dispone de cuatro plantas y una extensión de 27.646 metros cuadrados donde se ubican cuatro laboratorios (hematología, hemoterapia, bioquímica y microbiología), las salas de extracciones, el hospital de día de Psiquiatría, radiología, el aula docente y todas las especialidades del Servet, salvo Pediatría y Tocología.

En el exterior, una de las obras más visibles de aquel 2008 fruto de las nuevas Consultas Externas fue y es la pasarela de cristal que conecta el edificio con el hospital general. Nació para mejorar la circulación interna entre ambos complejos de profesionales y pacientes y, a día de hoy, cumple con ese objetivo.

La infraestructura sanitaria se creó para aglutinar todas las visitas de los especialistas en una misma ubicación, además de las citaciones. Esto redundó en la comodidad del paciente y en la disposición de más espacio para los servicios frente a la «obsolescencia» que presentaban las antiguas Consultas Externas, que estaban en la planta baja del Servet. El resultado, diez años después, es «de satisfacción plena» entre los trabajadores que vivieron aquel cambio, ya que se cumplió el objetivo para el que nació.

«Pasamos, por así decirlo, de la nada al todo. Fue un salto de dimensiones, de mobiliario, de recursos, de organización... Hace más de una década ya se veía que se necesitaban nuevos laboratorios y consultas, porque lo que disponíamos se había quedado anclado en el pasado.

La medicina y la tecnología evolucionan y nos reenganchamos a tiempo», cuenta María Gregoria Checa, Goyi para todo aquel que la conoce en el Servet, quien en el 2008 era supervisora de Consultas Externas y, actualmente, es la subdirectora de Enfermería de área diagnóstica y pacientes externos.

ADAPTACIÓN

Diez años después, el Servet ha conseguido adaptarse, pero las Consultas Externas todavía podrían ir a más. «Damos una asistencia de calidad, pero hay cosas que aún podrían cambiar como por ejemplo trasladar a este edificio el servicio de Oncología Radioterápica. Lo que pasa es que ahora quizás ya no disponemos de mucho espacio», precisa Rosa Zorzano, supervisora de área de diagnóstico y pacientes externos en el 2008 y también ahora. Precisamente, una de las cosas en las que más coinciden los trabajadores es en la «escasez» de lugares en Consultas Externas para almacenaje.

También el primer aulario de Medicina de la comunidad, estrenado en el 2008, fue una revolución y respondió a una histórica petición de los sanitarios. En él se imparten cursos de formación continuada para el personal que ya trabaja allí como clases dirigidas a los residentes.

Al final, caminar a lo largo de las cuatro plantas del edificio permite comprobar como en este servicio se trabaja en equipo, cómo si de una gran máquina con perfecto engranaje se tratara. El personal alterna con las máquinas, los equipos informáticos o la más última tecnología, como el tubo neumático que permite, mediante propulsión, el envío de muestras de pacientes a diferentes zonas del centro.

«Disponemos de lo último y, por volumen de atención, el Servet debe estar a la altura de los avances. El estreno coincidió con el año de la Expo, pero no fue ese el motivo de esta construcción, ya que todo respondió a un plan funcional de remodelación de todo el complejo», sentencia Checa.