Más de 250 mujeres con cáncer de mama en Aragón han sido tratadas de su enfermedad en los dos últimos años mediante la técnica de la radioterapia intraoperatoria de última generación, tanto de forma ambulatoria como de ingreso, disponible en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Este servicio, que administra la radioterapia directamente en el lecho del tumor, no requiere ingreso en alguno de los casos y evita que la paciente tenga que volver posteriormente a consulta para someterse a sesiones del acelerador. También en las consultas ambulatorias se evitan alrededor de 20 citas por mujer. «Para el sistema sanitario esto es importantísimo. Las tres o cuatro semanas de tratamiento que requiere la mujer y que no recibe gracias a esta técnica dejan un hueco, un hueco que se puede aprovechar por otros pacientes. En consecuencia, se disminuye la lista de espera y se contribuye a la eficacia del sistema público», explicó a este diario Reyes Ibáñez, jefa de sección de Oncología Radioterápica del hospital zaragozano.

Este tipo de radioterapia no se puede aplicar a todas las mujeres con cáncer de mama, ya que se quiere de unas indicaciones muy concretas del tipo o tamaño del tumor. «Hablamos de tumores pequeños, de perfil de bajo riesgo. Esto significa que los datos que nos ofrece el tumor tienen una secuencia molecular que nos hacen pensar que es un cáncer que no se comporta de manera agresiva», añadió Ibáñez.

El aparato emite la radiación a través de un microtubo de rayos X, que no tiene corriente eléctrica y, por tanto, no contiene ningún elemento radiactivo. «Estamos muy satisfechos con el volumen de atención. Todo funciona perfectamente gracias al fantástico trabajo multidisciplinar que se hace en el proceso del cáncer de mama en el Servet», recalcó.

23% de los casos / Por otro lado, en el 23% de los casos tratados con radioterapia intraoperatoria ambulatoria los resultados definitivos han recomendado completar la radioterapia con otro tratamiento. «Esta terapia nos permite adaptarnos al riesgo de cada paciente, saber si hay que ofrecer más métodos o no», dijo Ibáñez. En cualquier caso, todas las mujeres tratadas mediante esta técnica «se encuentran bien, a la espera de la evolución», añadió. «Las pacientes están en casa en el mismo día y hay que seguir trabajando en esta línea de ofrecer a la paciente el mínimo tratamiento efectivo. Debemos no solo curar la enfermedad, sino devolver a la mujer a su vida diaria de forma normalizada», señaló.

Respecto al perfil, las pacientes tienen 50 años o más y, en su mayoría, pertenecen al sector sanitario del Servet. «También nos han remitido a mujeres del Provincial, mientras que de otras áreas han sido pocas. Alguna mujer de Teruel que lo ha demandado también se ha desplazado hasta aquí. Queremos hacer una mayor labor por difundir esta posibilidad para que se puedan beneficiar más pacientes», dijo Ibáñez.

La doctora destacó el trabajo en equipo para desarrollar esta técnica y reseñó la «importancia» de la consulta única. «La puerta de entrada al servicio es la sección de radiología mamaria, cuya jefa es Carmen García. Allí se realizan diágnósticos en un acto único, donde la paciente llega, se somete a pruebas, mamografías, ecografías y, si se requiere, a un proceso de forma inmediata de hacer una biopsia. Se acorta mucho el tiempo y no hay que sufrir esperas», señaló Ibáñez, quien también destacó el trabajo del equipo dirigido por Isabel Vicente, jefa de la Unidad de Mama; y de Carmen Casamayor, del servicio de Cirugía General.

Por su parte, la cirugía sin ingreso también supone otras ventajas como una mayor satisfacción de la propia mujer, que mantiene su pecho; una nueva relación médico-paciente basada en autonomía de la mujer y en la toma de decisiones; y una disminución del impacto psicológico de la enfermedad en la usuaria.