Los ancianos que se han quedado recluidos en sus casas tienen a mano una herramienta fundamental de prevención ante el coronavirus. Es el servicio de teleasistencia, que solo en Zaragoza atiende a uno 11.000 personas mayores a través de la concesionaria Atenzia. Estos días ya se han detectado 16 casos de posibles positivos gracias a las preguntas que se les hacen cuando aprietan el “botón rojo” que les permite comunicarse con el servicio.

Desde la central en la ciudad señalan que llevan varias semanas con nuevos protocolos para evitar la expansión de la enfermedad. Tienen dos objetivos principales: por un lado, evitar problemas con los trabajadores y también frenar la propagación del virus entre la población más vulnerable.

El cuestionario que se les hace a las personas mayores tiene que ver con sus síntomas. esto permite identificar de forma precoz si se han visto afectados. La fiebre, la tos o las dificultades respiratorias son signos primarios, pero también si han tenido contacto con familiares o personas expuestas al virus.

Desde Atenzia destacan que el triaje de estas emergencias son capaces de coordinarse con los servicios sanitarios para dar una respuesta. Esto evita atender casos de forma aislada y que desde la propia concesionaria se ofrezca una respuesta adecuada: no todos se tienen que desviar al hospital, pues a veces con un seguimiento domiciliario diario mucho más intenso es suficiente si la enfermedad evoluciona de forma positiva.

Desde el Ayuntamiento de Zaragoza destacan que tanto este, como el resto de servicios sociales de la ciudad, se están reforzando para evitar que nadie quede desamparado en una situación de excepción como esta. El concejal en la materia, Ángel Lorén, muestra también su “agradecimiento” a todos los trabajadores sociales y a las contratas por el “esfuerzo” que les supone atender todos los aspectos de la crisis. “Nadie va a quedar desatendido o desabastecido”, afirma.

En estas semanas la soledad es otro de los factores que se tienen que atender. La situación familiar ha cambiado mucho en las familias a las que prestan servicio. Se han encontrado, por ejemplo que en parejas de ancianos uno de ellos ha tenido que ser hospitalizado, y también que los familiares que acudían diariamente a controlar a sus allegados se han visto recluidos. Ante estos casos la psicóloga de Atienza mantiene contactos más habituales para evitar problemas de soledad, higiene o de miedo, uno de los factores fundamentales en la crisis del coronavirus. El objetivo es tranquilizar y garantizar que están protegidos, aunque sea a través de un botón rojo.