Una media de sesenta inmigrantes menores de edad, en su mayoría marroquís entre 14 y 16 años, viven en los centros de acogida de la Diputación General de Aragón (DGA) desde enero ante las dificultades para establecer su identidad y localizar a sus padres biológicos en sus países de origen, según un informe presentado ayer en Zaragoza por Comisiones Obreras (CCOO).

"A menudo, los menores inmigrantes acogidos en centros de la DGA han llegado a España en pateras o escondidos en la caja de un camión", explicó Concha García, secretaria de Política Social del sindicato. "Y en muchos de ellos --agregó-- existe un deseo y una necesidad acuciante de formarse para encontrar un trabajo, pero otros son muchachos salidos de la calle y que han caído en la delincuencia".

La organización sindical, que acusó al Gobierno autonómico de "cierta pasividad" en el tratamiento dispensado a los menores inmigrantes no acompañados, urgió a la Administración regional a que asuma su tutela "automáticamente" y a que facilite la concesión del permiso de residencia y trabajo de un colectivo "que crece de forma alarmante".

REPATRIACION "Si el Gobierno de Aragón no hace más flexible el acceso al trabajo de los menores inmigrantes en cuanto alcancen la mayoría de edad, no tendrán una formación laboral adecuada y resultará muy difícil insertarlos en la sociedad", indicó Concha García.

"La actual situación se debe en gran medida a la descoordinación entre las instituciones y a la lentitud con que se tramita la documentación de los menores", denunció Angel Longás, responsable de Organización de CCOO, quien subrayó que las conclusiones del informe se presentaron ante la DGA en noviembre del 2003, "sin que se hayan notado avances hasta la fecha".

"La precariedad en la que viven los menores inmigrantes no acompañados --precisó Longás-- se ve acentuada por la inexistencia de un protocolo de actuación y la falta de recursos de acogida, como personas que hablen su lengua".

Al margen de facilitar el acceso a un puesto de trabajo, entre las soluciones barajadas por Comisiones Obreras para buscar una solución al problema figuran la repatriación para que vuelvan con sus padres una vez alcanzada la mayoría de edad, y la posibilidad de que sean acogidos por familias de su misma nacionalidad residentes en España.

"De lo que se trata es de explorar las posibilidades más adecuadas en cada caso", manifestó Concha García, quien también se mostró partidaria de que "se estudie alguna forma de tutoría".

"Urge --añadió la responsable de Política Social-- la creación de la figura del mediador internacional, así como una actuación coordinada de la Policía, la Fiscalía de Menores y el Gobierno de Aragón".